Mémora inauguraba durante la tarde de ayer, 13 de febrero, la exposición ‘Tanatorio Sancho de Ávila. Una historia de emociones en Barcelona’ sobre la evolución de los servicios funerarios en la Ciudad Condal con motivo del primer aniversario del nuevo tanatorio Sancho de Ávila. La muestra pretende rendir homenaje a la historia del antiguo tanatorio y a los profesionales que acompañaron a las familias los últimos 50 años. En este sentido, Sancho de Ávila fue el primer tanatorio inaugurado en nuestro país en 1968, y supuso un gran cambio sociocultural, puesto que las familias dejaron de velar al difunto en casa y empezaron a desplazarse a los tanatorios. Juan Jesús Domingo, consejero delegado de Mémora y presidente de Servicios Funerarios de Barcelona (SFB) explica que, “desde su puesta en marcha, Sancho de Ávila ha creado un vínculo emocional con todos los ciudadanos, al acoger y ayudar a rendir el último homenaje a muchas familias”.
Tras 50 años en funcionamiento y con el objetivo de impulsar un salto cualitativo en el servicio funerario en Barcelona, SFB-Mémora abría en marzo de 2018 las puertas del nuevo Tanatorio Sancho de Ávila, un espacio adaptado a las necesidades de las familias del siglo XXI que ha supuesto una inversión cercana a los 15 millones de euros. “El nuevo tanatorio es un reflejo de todos los cambios sociológicos a la hora de despedir a nuestros seres queridos que ha habido hasta fecha de hoy”, puntualiza Domingo.
Las nuevas instalaciones son una demostración de un modelo mejorado de servicios funerarios orientados a las familias y a la personalización, siendo un referente a nivel europeo. Durante el primer año de funcionamiento del nuevo centro, se han realizado un total de 7.255 servicios con una tendencia al alza de las ceremonias laicas o civiles personalizadas, concretamente un 21% frente al 18% del año pasado. De este modo, destaca la aplicación de nuevas tecnologías en la prestación de servicios, así como un entorno de máxima comodidad y orientación al cliente. En esta línea, durante los últimos 3 años se han llevado a cabo alrededor de 32.000 encuestas telefónicas a las familias sobre la percepción del servicio recibido y la nota lograda ha estado de un 8,8 sobre 10.
SFB-Mémora ha sido pionera en la península en recibir la certificación SGE21 de Forética en 2013, la primera norma europea que evalúa, audita y certifica un sistema de gestión ética y socialmente responsable, y que este año la compañía ha renovado.
Por otro lado, y como parte de la transformación urbanística de la zona, el equipamiento está ubicado en una plaza abierta y cuenta con los estándares más exigentes en sostenibilidad. El funcionamiento de la instalación garantiza un ahorro de entre un 45 y 50% en las emisiones de CO2, así como una reducción del consumo de agua, consumo energético y de la contaminación lumínica nocturna.
Paralelamente al nuevo tanatorio de Sancho de Ávila, la apuesta de la empresa por adaptarse a las necesidades de las familias y ofrecerles la máxima calidad tanto en prestación de servicios como de espacios queda reflejada en la remodelación de los tres tanatorios que SFB tiene en la ciudad: Les Corts, Sant Gervasi y Collserola; con una inversión de aproximadamente 1,7 millones de euros.
Los servicios funerarios en Barcelona
Actualmente, cerca del 76% de las familias residentes en Barcelona no tienen que hacer frente al pago del servicio en el momento de la defunción de un familiar. Mientras que el 72% está cubierto por un seguro de defunción o ha previsto en vida su propio funeral, el 4% restante, que equivale a 300 familias cada año, está exento de pagar el servicio funerario al acreditar carencia de recursos y poder acogerse a la modalidad de servicios gratuitos o subvencionados.
La ciudad de Barcelona cuenta con un modelo de colaboración público-privada en la prestación de servicios sociales. Estos son gratuitos y subvencionados, pues se asumen desde el sector privado, a diferencia de otras grandes ciudades, como por ejemplo Madrid, donde son asumidos por los presupuestos municipales. El reciente acuerdo entre las empresas privadas del sector y el Ayuntamiento de Barcelona para concretar los criterios de accesibilidad a estos servicios ha permitido que un mayor número de familias se puedan acoger a los servicios sin coste o a precio reducido. “Esta decisión demuestra que la colaboración público-privada constituye la mejor opción para hacer frente a los retos sociales y económicos de las familias con soluciones adaptadas a sus necesidades”, concluye el consejero delegado de Mémora.