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CULTURA FUNERARIA

Arqueólogos del Inrap descubren en el corazón de París una gran necrópolis del siglo II d. C

Con motivo de la creación de una nueva salida para los usuarios de la estación de tren ‘Port Royal’ del RER B, en París (Francia), se ha descubierto una excavación arqueológica que está siendo investigada por los arqueólogos del Inrap (Institut national de recherches archéologiques préventives). El terreno abarca un terreno de 200 metros cuadrados donde se estudian los enterramientos de una gran necrópolis, situada al sur de Lutèce, la ciudad precursora de la actual capital francesa, en el siglo II d.C.

La excavación que se está realizando actualmente permite estudiar una pequeña parte del mismo que ha escapado a numerosas obras viales realizadas anteriormente. El área, aún conservada, testimonia una prolongación hacia el oeste de la necrópolis. Su excavación aporta nuevos datos gracias a los diferentes enfoques de la arqueología y la antropología moderna”.

En este sentido, desde el Inrap destacan que “la mayor parte de nuestro conocimiento de esta necrópolis proviene de las observaciones realizadas en el siglo XIX. Las investigaciones se llevaron a cabo durante grandes obras en París. El estudio de los hallazgos arqueológicos entonces descubiertos indicaba un uso regular del espacio funerario desde principios del siglo I hasta el siglo III . También que su abandono se inició en el siglo IV .Estas observaciones también llevaron a suponer que la necrópolis se extendía desde el sitio de la abadía de Port-Royal, hasta el bulevar Saint-Michel y que, en el apogeo de la ciudad romana, ocupaba un espacio considerable, de unas cuatro hectáreas”.

50 tumbas desenterradas

El nuevo hallazgo ha revelado 50 tumbas funerarias, fechadas globalmente en el siglo II. Su densidad, explican desde el instituto arqueológico, es bastante alta y se han observado muchas superposiciones. Como suele observarse en la Antigüedad, no parece predominar ninguna organización ni orientación. La excavación de las fosas sepulcrales, a veces de muy grandes dimensiones, tanto en longitud como en profundidad, es igualmente estrecha y nivelada.

Por el momento, no se ha detectado incineración, aunque se trató de un periodo donde ambas podían coexistir. Todos los cuerpos habían sido enterrados en en el interior de ataúdes, cuyos rastros de tablones aún son visibles en algunos casos y los clavos están todavía presentes. Los individuos enterrados aquí son hombres y mujeres adultos, y también menores, como cabe esperar en una gran necrópolis.

Algo menos de la mitad de los enterramientos van acompañados de depósitos de diversa índole. Pueden ser recipientes de cerámica o de vidrio. Más raramente, se ha encontrado una moneda en la boca del difunto o en su ataúd. Esta práctica, común en la antigüedad, responde probablemente al pago que debía realizarse (un óbolo, pequeña moneda griega de plata), según las creencias de la época, al barquero del inframundo, Caronte,. Asimismo, se han encontrado varios rastros de zapatos debido a la presencia de numerosos pequeños clavos que formaban la suela: están en la posición de uso a los pies del individuo o colocados en el costado del sujeto. También se han desenterrado algunos objetos relacionados con la indumentaria (bisutería, alfileres, cinturones).

Esta excavación permitirá, gracias al estudio de los distintos modos de enterramiento, afinar la datación y la duración del uso de esta necrópolis. Su organización proporcionará información valiosa sobre los estilos de vida.

Más información sobre el Inrap

 

 

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