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El duelo en las diferentes etapas del desarrollo infantil

La idea y concepto de muerte en los niños evoluciona desde la creencia de que la muerte no existe o que es algo temporal (hasta los 8 ó 9 años) hasta la idea de muerte como algo irreversible (a partir de los 10 años), tal y como explica Marian Carvajal, responsable del Departamento de Atención Emocional de Grupo Albia. “Estas etapas del desarrollo infantil marcarán cómo el niño siente y entiende la ausencia de un ser querido en cada momento. Hay que tener claro que un niño siente una ausencia con la misma intensidad que un adulto y, al igual que éste, necesita las vías adecuadas para expresar su dolor y sus dudas. En general, las tres preguntas básicas que un niño puede tener en su cabeza son: ¿fui yo el causante?, ¿me va a pasar a mí?, y ahora, ¿quién me va a cuidar? Aunque no las llegue a formular se recomienda aclararlas con el niño siempre que sea posible”.

A continuación, Carvajal desgrana cuales son las diferentes etapas en la evolución del duelo infantil y nos ofrece una serie de pautas que nos pueden ayudar en el momento de afrontar el duelo de un niño.

Primera infancia

Hasta los 3 años la idea de muerte no existe, sino que surgen sensaciones de ausencia del familiar fallecido. Se produce miedo a la separación o al abandono de los padres. Se recomienda hablar al menor de la pérdida en un tono dulce y sereno, suavizando los gestos y utilizando la fantasía, los cuentos o los dibujos, y tener paciencia con sus rabietas, ya que éstas son su manera de expresar la tristeza. Es positivo procurar mantener rutinas y horarios adecuados a su edad y necesidades para que se sienta amado y protegido.

De los 3 a los 5 años

En la siguiente etapa, que abarca desde los 3 a los 5 años, la muerte se entiende como un proceso reversible o temporal. Se pueden dar pensamientos de culpa y responsabilidad por el fallecimiento, por lo que hay que explicarle al niño la muerte como un suceso que no tiene nada que ver con nada de lo que él haya hecho (como por ejemplo si se ha portado mal) sino que ocurre en el mundo de manera constante y natural (se puede utilizar el símil de la muerte de los animales y plantas). Algo que puede ayudarle es permitirle expresarse a través del juego, de los dibujos, de la fantasía, así como que el adulto comparta con él estos momentos y responda con cercanía y calidez a sus demandas de afecto.

De 7 a 12 años

Ya a partir de los 7 y hasta los 12 años se da una personificación de la muerte, es decir, se crea la conciencia de que ellos pueden ser mortales, y que el resto de seres queridos pueden morir. Puede producirse una reacción de miedo, ira o tristeza. En esta etapa es necesario hablar al niño en un lenguaje claro, procurando responder a todas las preguntas, por incómodas que éstas sean. Cómo adultos no debemos sentir que estamos siendo demasiado crudos en nuestras explicaciones: si no lo hacemos los adultos cercanos, sus compañeros de clase lo harán a su manera.

Preadolescencia

Por último, a partir de los 12 años se entiende la muerte como algo irreversible, universal e inevitable. Se llega a la interiorización del concepto con apoyo de la elaboración de ideas religiosas u otras creencias. Si se interioriza saludablemente puede ayudar a vivir la vida con mayor plenitud. Ayudará mucho mostrarnos cercanos y accesibles a él, así como ser honestos, ya que en esos momentos el preadolescente puede ser vulnerable y es necesario extraer todo el aprendizaje posible que le hará más fuerte en el futuro.

Despedida en el tanatorio

Una pregunta que nos hacemos muchos adultos es si es positivo que los niños acudan al velatorio. En opinión de Carvajal, “el hecho de que los niños participen en los actos de despedida y duelo en lugares como un tanatorio, en el que los adultos se reúnen para expresar y compartir el sentimiento de pérdida, ayuda a que ellos también elaboren un proceso de duelo mucho más sano y compartan el ritual de despedida con los adultos”.

‘Enséñame a despedirme’

En la sección ‘Publicaciones y películas sobre el duelo’ del blog ‘Con las Familias’ encontrarás el enlace a ‘Enséñame a despedirme’, una colección de publicaciones que nace del compromiso de Grupo Albia con el cuidado de las familias que viven una situación de duelo.

Compuesta por 8 guías breves dirigidas a niños (a partir de 8 años) y adultos, ‘Enséñame a despedirme’ aborda distintos procesos de duelo en función del fallecimiento, ofreciendo respuestas desde diferentes perspectivas: psicológica, emocional y conductual, fundamentales para afrontar de manera adecuada el duelo.

En la misma sección se encuentra ‘Mi cuaderno de apoyo’, una guía de ayuda al duelo elaborada por Albia con el apoyo profesional de Artmemori, con el que objetivo de ayudar a las personas en duelo a comprender mejor los sentimientos y situaciones.

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