Mascotas en el duelo y la adaptación del sector funerario

Por Ignasi Solana Vinyoles. Fundador y CEO de ITVET. Secretario General de AEDPAC-Asociación Española del Comercio y la Industria del Animal de Compañía.
Durante los últimos años, el papel de los animales de compañía en nuestra vida cotidiana ha evolucionado significativamente. Las mascotas ya no son meros acompañantes. Son una fuente de apoyo emocional, un miembro más de la familia y, en muchos casos, figuras centrales en la estructura emocional de sus integrantes.
Según la ANFAAC, en España hay más de 30 millones de animales de compañía: más de 9 millones de perros y unos 6 millones de gatos registrados. Pronto habrá más mascotas que vehículos. Por comparar: en el país hay 6,6 millones de menores de 14 años. La dimensión del fenómeno es evidente.
El Barómetro sobre hábitos del consumidor pet-parent, presentado por la consultora HAMILTON, reveló datos significativos: el 49% de la población española convive con al menos un animal de compañía. El 80% lo considera un miembro más de la familia, y el 70% se informa previamente de si puede viajar, comprar o disfrutar de su ocio acompañado de su mascota.
La importancia de compartir el duelo con la mascota
Desde el ámbito del bienestar animal sabemos que el vínculo y la presencia de la mascota en estos momentos tan delicados puede suponer un apoyo emocional tanto para el animal como para los familiares. Ha sido parte de la familia, y han compartido viajes, fines de semana, fiestas y vivencias como uno más.
Por otra parte, numerosos estudios han constatado que los animales experimentan el duelo de forma muy similar a los humanos: cambios en el comportamiento, pérdida de apetito, tristeza evidente. Ignorar este aspecto en los rituales de despedida es desconocer la realidad emocional tanto de las familias como de los propios animales.
A pesar de ello, la admisión de animales de compañía en instalaciones del sector funerario en nuestro país, está mayoritariamente restringida.
A menudo, se justifica por cuestiones de higiene, molestias, ladridos o la posibilidad de incomodar a alguna persona con aprensión a los animales.
En este sentido, hay que señalar que el primer filtro que garantiza una convivencia tranquila y en orden es el propio sentido común de los responsables.
Si su perro es inquieto, ladra o es esquivo, a nadie se le ocurriría traerlo y alterar el ambiente que se espera en estas situaciones. Sucede lo mismo con los llantos de un bebé o con el elevado volumen sonoro que habitualmente se genera a raíz de las múltiples conversaciones que se producen en las zonas comunes de cualquier tanatorio.
En cualquier caso, el centro siempre tiene la última palabra y se reserva el derecho de admisión de cualquier persona o animal que altere las normas de conducta y que afecte a la convivencia del conjunto.
Por suerte, la mayoría de instalaciones del sector funerario de este país cuenta con espacios amplios, zonas verdes y ajardinadas, por lo que resultaría muy sencillo adecuar las condiciones necesarias básicas para delimitar espacios para el esparcimiento de los animales.
Una oportunidad para el sector funerario
Convertir una necesidad social en un valor añadido de RSC y Customer Experience. Estamos ante un cambio de paradigma. Hoy ya podemos viajar en avión o en tren, alojarnos en los mejores hoteles, realizar gestiones en cualquier edificio público, comprar en cualquier tienda de cualquier marca de ropa o accesorios acompañados de nuestro perro. Ante este fenómeno demográfico y cultural, las principales empresas y organizaciones de nuestro país están adaptando sus protocolos, códigos de conducta y políticas de acceso a esta realidad que ha llegado para quedarse.
El enfoque pet-friendly no solo responde a una demanda social, sino que se ha convertido en un motor de experiencia de cliente. Empresas del sector funerario como PFB Serveis Funeraris ya incorporan en su política pionera de impacto social y de RSC la posibilidad de que los perros puedan acceder a sus instalaciones con todas las garantías para personas y animales. La compañía ÁLTIMA ofrece servicios de soporte a las familias, con el apoyo emocional de perros de terapia.
Numerosos estudios científicos demuestran que la presencia animal crea un estado ambiental que reduce el estrés, promueve la empatía, favorece la mejora del estado de ánimo y la interrelación personal.
En este punto, es importante destacar que, el recientemente aprobado, Real Decreto 409/2025, permite a los perros de servicio y asistencia acceder con su propietario a restaurantes, centros de salud, museos, y otros espacios vetados hasta hoy y sin excepciones. Esta nueva realidad, justificaría, por si sola, tomar las medidas necesarias para dotarse de una normativa básica que garantice el bienestar de personas y animales en sus instalaciones.
Políticas Pet-Friendly responsables, adaptadas al sector
El sector funerario tiene ante sí, el reto de acercar el mundo familiar en un momento en que la presencia de nuestro animal no hará otra cosa que aliviar el dolor y reconfortar, en lo posible, a amigos y familiares en estos momentos difíciles. Además, al dolor propio del duelo se suma, a menudo, la inquietud de sufrir porque el perro lleva demasiadas horas solo en casa, lo que no es un tema menor. Abordar esta cuestión supone adelantarse a una demanda social que va en aumento.
Actualmente, la Ley de Bienestar Animal 7/2023 establece los principios generales sobre el trato digno y el bienestar de los animales en espacios abiertos al público, pero no regula de forma específica su presencia en sectores específicos como es el caso de los espacios funerarios. Ante este vacío legal, corresponde a cada operador del sector establecer protocolos internos claros y con criterios profesionales, de acuerdo con la legislación vigente en estos casos.
Algunas recomendaciones básicas desde el prisma del bienestar animal para los tanatorios que deseen habilitar esta posibilidad deberían contemplar los siguientes aspectos:
Para la admisión de animales de compañía:
-Informar de la política pet-friendly en puntos de atención al cliente y web corporativa.
-Cumplir con las normativas vigentes que marca la ley de bienestar animal en tres frentes: estatal, autonómica y ordenanzas municipales.
-Garantizar las condiciones higiénicas y el protocolo de bioseguridad y limpieza en espacios de tránsito animal.
-Dotarse de un seguro de responsabilidad civil subsidiario.
-Establecer señalética informativa y zonas diferenciadas en los espacios de admisión.
Prohibición de entrada de animales:
-Si no se permite la entrada de animales, la ley obliga a colocar un distintivo visible al público, desde el exterior, indicando dicha prohibición.
Excepciones – Perros de servicio y asistencia:
-Los perros de asistencia tienen derecho de acceso a todos los espacios públicos o privados de uso público. Este derecho está protegido por ley y no puede ser restringido.
En resumen, la inclusión de las mascotas en los tanatorios debe convertirse en un paso natural dentro de la evolución de unos servicios funerarios cada vez más sensibles al cambio social y al bienestar emocional y afectivo de quienes atraviesan la etapa de duelo.
Su admisión responde a una necesidad creciente de las familias, ofrece un consuelo adicional y humaniza el servicio funerario, adaptándolo a las nuevas realidades de la sociedad actual, pero esta transformación también implica hacerlo con responsabilidad y profesionalidad.
En este sentido, es esencial que las empresas desarrollen políticas de pet-friendly bajo criterios de la máxima autoridad en la materia, esto es, el profesional veterinario.
En este contexto, en España ha surgido el certificado ITVET, un protocolo de inspección técnica veterinaria que garantiza la seguridad y el bienestar de personas y animales en organizaciones y espacios pet-friendly.
Este innovador método, fruto de más de dos años de investigación, está inspirado en la ITV de los vehículos, es una iniciativa pionera en Europa. Cuenta con el aval de la Confederación Empresarial Veterinaria Española (CEVE) y la UAB, respaldada por veterinarios y expertos vinculados al ámbito académico, universitario y de la administración pública.
Como dijo Steve Wozniak, cofundador de Apple, en su última visita al Mobile World Congress de Barcelona, cuando le preguntaron si Siri podía hacerle compañía: “Sinceramente, prefiero a las personas. Tu perro o tu gato son mejores que cualquier tecnología. Cuando mi vida termine, recordaré a mi familia, a unos pocos amigos y a mi mascota… pero no a Siri ni a Alexa”.
Quizás no lo sabía, pero con esas palabras resumió lo que muchas personas ya sienten: que en un mundo cada vez más conectado, nada sustituye el vínculo real con quienes nos acompañan siempre, con lealtad absoluta.
Consulta el artículo completo en el número 185 de Revista Funeraria.