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Pautas sobre cómo vestirse y comportarse en un velatorio

Cuando se produce un fallecimiento y no somos familiares directos del difunto, a veces nos surgen dudas sobre si debemos acudir al velatorio, cómo debemos vestir o comportarnos, cómo dar el pésame o qué hacer si la familia nos ha expresado su deseo de que los acompañemos, pero no nos es posible.

A lo largo de este post Gonzalo Alonso Melis, experto en Protocolo Social de la Escuela Internacional de Protocolo, nos da algunas pautas básicas para resolver este tipo de dudas.

¿Qué criterios debemos seguir a la hora de decidir si acudimos a un velatorio cuando no somos familiares directos?

La finalidad del velatorio es acompañar y reconfortar a los más allegados del difunto mostrándoles aprecio y respeto. Se trata de un tiempo de despedida y un momento importante en el proceso de duelo. Lo correcto sería que acudiesen sólo las personas allegadas a la persona y sus familiares, pues es un momento muy íntimo. No sería apropiado acudir para “dejarse ver”, dado que al velatorio deberían asistir aquellos que lo sientan de corazón, o deseen apoyar a la familia, aunque el difunto no haya sido muy cercano. La sola presencia será ya un gesto muy honrado y valorado por los deudos, quienes entenderán que, más allá de dejar de lado sus actividades o momentos de descanso, eligen estar allí para acompañarlos en un momento tan crítico. Si la familia ha expresado la importancia de que determinadas personas concurran al funeral, nunca debería dejarse de acudir, a no ser por fuerzas de causa mayor. En caso de no poder asistir, es importante enviar un mensaje de condolencia a través de los diferentes medios que nos proporciona la tecnología en la actualidad, a excepción de determinadas personas o autoridades, que acompañaran su misiva escrita a mano con un arreglo floral pertinente.

¿Cómo debemos ir vestidos?

Tradicionalmente, se vestían de negro riguroso aquellas personas muy allegadas al difunto. En la actualidad, el negro ha perdido protagonismo, especialmente en las grandes ciudades, dado que es difícil para muchas personas encontrar el tiempo para cambiarse antes de asistir a un funeral. Bastará con ir moderado y, en lo posible, con piezas de ropa de colores no llamativos (preferentemente prendas oscuras) apelando a la sobriedad en el vestir, en el maquillaje y en las joyas que se porten. Es decir, en la actualidad se espera que la ropa con la que se asista al velatorio mantenga un mínimo respeto por las características y circunstancias del evento.

¿Cómo debemos comportarnos?

Ante un deceso conviene mantener una conducta seria y calma pero afectuosa y cercana sin demandar atención en ningún momento. Hay que mantener, dentro de lo posible, la compostura, acompañando a la familia desde la serenidad, el silencio y el respeto. Es recomendable dar el pésame a la familia teniendo en cuenta que hay más gente que ha acudido a manifestar su dolor por la pérdida. La familia tiene que atender a numerosos amigos, conocidos y otros familiares, por lo que es conveniente quedarse un tiempo prudencial salvo que la familia quiera que nos quedemos más rato. Hacer acto de presencia ya manifiesta que nos preocupamos por ellos. De la misma manera, si sólo estamos nosotros en el velatorio con la familia, esperaremos a que llegue alguien más antes de marcharnos para no dejarlos solos. Las conversaciones que se tengan en la sala suelen ser lo más tranquilas posible, evitando risas o estridencias. Durante la ceremonia siempre hay que dejar espacio en los bancos delanteros a la familia y atender sus peticiones, por ejemplo, si prefieren que el posterior entierro o incineración sea algo íntimo para la familia.

 

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