El director general de Salud Pública, Julio Bruno, mantuvo durante la tarde de ayer una reunión con los responsables de los hospitales privados de Asturias para trasladarles los protocolos vigentes referentes al manejo de cualquier caso sospechoso de ébola que pueda detectarse en la comunidad, de modo que todos los centros sanitarios del Principado sepan cómo deben actuar en esas circunstancias, según informa un comunicado publicado en el Portal de Salud Pública de Asturias.
“No estamos ante un riesgo elevado para el Principado, sino ante un contagio puntual que se ha dado en Madrid y que afecta a personal sanitario”, explicó Bruno. A su juicio, la sanidad asturiana está perfectamente preparada para atender esta situación desde el punto de vista médico, clínico y desde la prevención. “Esto no es incompatible con la necesidad de que estemos preparados para responder de forma anticipada a las eventualidades que puedan surgir, siempre en el marco de los protocolos y directrices que marcan la Organización Mundial de la Salud y la Unión Europea”, señaló.
El responsable de Salud Pública insistió en que los citados protocolos son fruto del consenso entre profesionales y que pueden mejorarse cuando sea preciso para reorientar aspectos tanto de forma como de procedimiento. Así, según el protocolo, si se sospecha que un fallecido padecía ébola no se debe realizar la autopsia ni los procedimientos habituales de preparación del cuerpo: éste será trasladado en un féretro sellado y en una bolsa de traslado impermeable. Además, deberá ser incinerado.
“Pese a que Asturias presenta un riesgo muy bajo, es preciso adoptar medidas de control y vigilancia epidemiológica, de acuerdo con los criterios acordados en la última reunión del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, basados a su vez en los criterios europeos y de la OMS”, ha apuntado el director general. Bruno también juzga imprescindible transmitir a la opinión pública confianza en los profesionales sanitarios, que cuentan con la formación, la capacitación y la dedicación necesarias para afrontar cualquier problema de salud pública”. “Esa confianza la extendemos a los procedimientos consensuados, tanto en lo relacionado con la información, como en lo referente a la revisión de los procesos de atención y protocolos de aislamiento, que se basarán en los estándares internacionales”, ha precisado.