En contra de lo que se piensa habitualmente, el sector funerario también ha sido tocado por la coyuntura económica de los últimos años: la subida del IVA, la fuerte competencia y el recorte de los gastos en sepelios han reducido la facturación en un 30% en los últimos cinco años. A pesar de los esfuerzos del sector y las iniciativas que pretenden ofrecer servicios a un coste más bajo para las familias, se estima que se podrían llegar a cerrar hasta un 10% de los tanatorios existentes.