La despedida de un ser querido en el momento final de su vida es lo que marca el comienzo del proceso de duelo que, dependiendo del tipo de muerte, del vínculo afectivo que se mantenía con la persona fallecida y el momento del último adiós, cursará de una manera más o menos sana desde el punto de vista psicológico. Si a partir de una buena despedida pueden disminuirse las consecuencias negativas que conlleva un proceso de duelo psico-patológico, como el exceso de medicación, bajas laborales, atención psicológica, ansiedad o depresión, debemos considerar que el sector funerario cumple una gran labor social, siendo el profesional que acompaña al doliente un elemento clave en la primera fase del duelo, explica por Paula Sánchez Piazuelo, Psicóloga General Sanitaria y docente de Atlántida Formación, para quien es necesario darle la importancia que merece y formar a los profesionales para que orienten, informen y acompañen a los familiares con el fin de que el duelo se desarrolle de una manera sana. Y por este motivo, es esencial que los profesionales reciban una formación específica para llevar a cabo su labor.