Todos los años por estas fechas Funeraria Gijonesa organiza un acto en el que rinde homenaje a sus empleados, así como a otras personas que son importantes para la compañía. Con el inicio de la pandemia, el encuentro se tuvo que ir posponiendo debido a las restricciones y ha tardado casi dos años en poder volver a celebrarse. Por fin, el pasado viernes 26 de noviembre, la compañía pudo brindar el tradicional homenaje a la trayectoria de sus empleados, especialmente a aquellos que llevan 25 años trabajando en Funeraria Gijonesa. “Se trata de compañeros ejemplares, amigos del día a día, miembros de esa gran familia profesional que se forma dentro de las empresas. Una familia profesional con la que compartimos momentos únicos, laborales y personales, porque compartimos la vida durante muchas horas”, explican desde Funeraria Giijonesa.
Sobre Funeraria Gijonesa
Funeraria Gijonesa nace en 1983, fruto de la fusión de cinco familias dedicadas a los servicios fúnebres, algunas de ellas con una gran tradición que se remonta al año 1874.
Uno de los grandes hitos que marcarían la trayectoria de esta empresa fue la apertura del Tanatorio de Cabueñes en 1993. Este recinto conllevó un cambio en la ciudad y en las tradiciones funerarias. En el 25 aniversario de este tanatorio, la compañía hizo, a través de una publicación conmemorativa titulada ‘Funeraria Gijonesa. El arte de acompañar’, un repaso a la historia y cultura funeraria de Gijón desde 1874, así como por los diferentes ritos funerarios, cambios y evolución del sector, su implicación con la sociedad y con la mejora continua de la ciudad y la profesionalización del oficio funerario. De la misma manera, el libro explica el protocolo funerario y la importancia del “saber estar y saber ser” en un mundo en el que los cambios y las modas modifican algunas tradiciones pero en el que “las normas y las formas” del protocolo, son vitales e imprescindibles para la buena convivencia de todos y de todo, en cualquier acto y sector.