La Asociación Empresarial del Seguro, Unespa, presentaba este martes en Madrid el Informe Estamos Seguros 2018, donde se detallan los contenidos del primer Informe sobre la política de Responsabilidad Corporativa y de Sostenibilidad en la industria aseguradora, así como otros datos entre los que figuran los decesos atendidos por el seguro el pasado año.
El seguro de decesos
La información recabada para este documento permite estimar que el seguro de decesos atendió en el año 2018 unos 275.000 sepelios. Teniendo en cuenta las informaciones publicadas por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) sobre defunciones en el año, esto permite estimar que el seguro de decesos atendió el 61% de los entierros que se produjeron en España, una proporción similar a la que muestra la serie histórica (2003-2018).
La presencia e importancia social del seguro de decesos en la sociedad española queda confirmada por el hecho de que este producto prestaba cobertura a más de 21 millones de asegurados en todo el país en 2017, es decir, el 45% de la población estaba cubierta por este seguro.
El seguro de decesos destaca también por proteger a personas de muy distintas edades. Ninguna cohorte está por debajo del 15% de aseguramiento, ni siquiera entre las personas prácticamente recién nacidas. De hecho, no es cierto que se trate de un seguro estrictamente de personas mayores. Alcanza una penetración particularmente elevada entre las personas a partir de los 40 años.
La densidad geográfica del seguro de decesos también es diferente. En términos generales, se observa que el cuadrante suroeste de la península (Extremadura, Andalucía, Canarias…), conforma la zona donde la penetración social del seguro de decesos tiende a ser más elevada; mientras que el cuadrante noreste (Cataluña, Aragón, Navarra, Baleares…) es el que tiende a tener una presencia menor.
La inmensa mayoría de los costes asumidos por el seguro de decesos, según la información facilitada por las propias entidades, se corresponde con los gastos del entierro. Como el porcentaje de las prestaciones de las entidades de decesos dedicado a gastos funerarios es superior al 90%, se puede identificar que los gastos pagados por las entidades aseguradoras se identifican con los gastos de sepelio de cuando menos el 62%-63% de los fallecimientos producidos en España.
Esta información se presenta cada año en este informe pero en esta edición se pretende ir un poco más allá al tratar de derivar informaciones sobre las diferencias de gastos y costes que tienen los sepelios en España. Se han solicitado datos a las entidades sobre los sepelios atendidos durante un año no natural pero completo. En concreto, para los 12 meses que median entre junio de 2017 y junio de 2018). Se ha requerido a las aseguradoras que indiquen el tipo de sepelio de que atendieron (si el enterramiento se produjo en la misma localidad de residencia de la persona fallecida; si hizo falta un traslado nacional; o si fue necesario un traslado internacional), así como referencias sobre el lugar de residencia del asegurado (a través del código postal). Esta información ha permitido identificar diferencias de coste entre provincias e, incluso, municipios.
Las entidades participantes han aportado información sobre 216.404 sepelios. Esto permite estimar que la representatividad de la muestra obtenida es del entorno del 80%. Esta elevada representatividad ha animado a realizar algunas estimaciones totalizadoras.
Diferencias territoriales
Los datos sugieren que hay importantes variaciones entre provincias en lo que se refiere a lo que se paga por el sepelio. En la provincia de Gerona, por ejemplo, los costes pagados son un 29% superiores a la media nacional. Mientras tanto, en la provincia de Zamora, esos mismos costes están un 40% por debajo. Entre las provincias con costes diferenciales superiores, además de Gerona, se encuentran Madrid, Barcelona, Lérida y Huesca; lo cual apunta a un patrón geográfico pirenaico bastante acusado. Entre las provincias donde el entierro sale más barato figuran, además de Zamora, Santa Cruz de Tenerife, Palencia y Soria; así como las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
El formato y la calidad de datos aportados por las entidades participantes han permitido obtener conclusiones relativas a los municipios. En este caso, se ha trabajado con los sepelios que no exigieron el concurso de traslados de ningún tipo, porque el coste del traslado puede distorsionar el coste del sepelio en sí. En todo caso, este tipo de servicios son los ampliamente mayoritarios entre las entidades.
A efectos de describir diferentes realidades, aquí se han tomado tres categorías de ciudades, buscando con ello que los municipios estudiados tengan una cierta entidad y tamaño. Se ha planteado la información para ciudades de más de 50.000 habitantes; ciudades que superan los 75.000 habitantes; y grandes ciudades, esto es, las que tienen más de un cuarto de millón de habitantes. No se han tenido en cuenta, pues, los casos ocurridos en localidades más pequeñas porque la muestra de datos para estos municipios es menor y podría llevar a conclusiones equívocas.
Cuando las diferencias de pagos y costes se analizan para ciudades de más de 50.000 habitantes, aflora claramente el dato de que, en esta categoría, la Comunidad de Madrid es la que se lleva la palma de pagos y costes elevados. En la muestra obtenida, Rivas-Vaciamadrid es el municipio donde el entierro sale más caro: los pagos aquí están un 59% por encima de la media de España, y un 47% por encima de la media del conjunto de ciudades de más de 50.000 habitantes. Pero es que, inmediatamente detrás, aparece la capital de España, Madrid, también con un 59% de diferencial respecto del conjunto del país. En tercer y cuarto lugar se sitúa San Sebastián de los Reyes (51% de diferencial) y Las Rozas de Madrid, con un 49%. Por lo tanto, las cinco primeras ciudades más caras en la categoría de más de 50.000 habitantes están situadas en la Comunidad de Madrid.
Dado que ya entre las ciudades de más de 50.000 habitantes las primeras de la lista eran poblaciones con más de 75.000 en su mayoría, esto hace que la clasificación hecha de acuerdo con este criterio varíe muy poco. Si acaso, la desaparición de algunas poblaciones hace que la presencia de las ciudades del entorno de las dos grandes capitales, sobre todo de Madrid, se haga más visible.
Si la información se limita a las grandes capitales (ciudades con más de 250.000 habitantes), aparece que Madrid es la ciudad donde se paga más por entierro. En concreto, en torno a un 60% más que en el conjunto de España. Le sigue Vigo, un 33% por encima, y Valencia, con un 28% más. Hay, de todas maneras, siete grandes ciudades cuyos pagos están por debajo de la media nacional. Son Bilbao, Murcia, Zaragoza, Las Palmas de Gran Canaria, Córdoba, Málaga y Sevilla.
Por lo que se refiere a los traslados y sus costes, la información disponible en la base de datos permite estimar que el valor medio del traslado nacional es de 424 euros, mientras que el del traslado internacional es de 5.987 euros.
Ratio coste/suma asegurada
La suma asegurada, en el seguro de decesos, se identifica con el coste esperado del sepelio. El seguro, como es bien sabido, es un producto que, si incurre en costes superiores a los esperados, no puede ajustar dicho desequilibrio requiriendo más dinero del cliente.
La ratio entre coste real y coste esperado, por lo tanto, marca la distribución de casos en los cuales el asegurador cerró el percance por debajo o por encima del coste teórico con el que calculó el precio. Teniendo en cuenta que el funcionamiento del seguro prevé que, en el caso de que los costes incurridos por el asegurador estén por debajo de la suma asegurada (esto es, la garantía que el cliente pagó con su prima), la diferencia le será abonada al cliente. En los percances de decesos, por lo tanto, se dan dos tipos de situaciones:
– Situaciones en las que el asegurador paga la totalidad de la suma asegurada, bien porque los costes del sepelio la alcancen, bien porque no sea así y entonces abone la diferencia.
– Situaciones en la que el asegurador abona una cantidad superior a la suma asegurada, por superarla los costes efectivos.
Los datos, en este sentido, indican que algo menos del 44% de los percances del seguro de decesos se queda por debajo del coste teórico del evento. Un 16% se coloca exactamente en el nivel de la suma asegurada, y cuatro de cada 10 la superan.
Por lo tanto, en el seguro español de decesos, el 59,76% de los percances se sitúan al nivel de la suma asegurada, y el 40,24% la superan.
De hecho, los registros viables y completos de la base de datos apuntan a que el seguro de decesos soporta aproximadamente cada año un sobrecoste entre el 8% y el 10% sobre los costes esperados, esto es, las sumas aseguradas de sus contratos.