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Tipos de duelo

La pérdida de un ser querido comporta inevitablemente un proceso de adaptación emocional que cada persona gestiona de manera distinta, pudiendo experimentar diversos síntomas emocionales y físicos. Muchos de ellos son normales y esperables y el proceso se suele desarrollar en cinco etapas o fases. Sin embargo, en ocasiones, el duelo puede resultar más complicado y, si no se trata con las herramientas adecuadas, puede dar paso con el tiempo a problemas emocionales más profundos e incluso trastornos psicopatológicos.

El duelo se supera una vez se aceptan las consecuencias que la perdida ha tenido en nuestras vidas y podemos reiniciar nuestras actividades cotidianas de manera normal, permitiéndonos disfrutar y conservar buenos recuerdos. (Consultar post ‘Aspectos que pueden ayudar a sobrellevar el duelo‘).

Aunque cada persona reacciona y sobrelleva el duelo de maneras diferentes, a continuación detallamos los diferentes tipos de duelo más habituales.

Duelo normal

Es el más frecuente, suele constar de cinco fases y se estima que puede tener una duración de entre 18 y 24 meses, aunque cada persona tiene su tiempo y su ritmo y estas cifras son solo una estimación genérica.

Duelo anticipado

El proceso se inicia antes de que haya ocurrido el fallecimiento. Suele darse, por ejemplo, en casos de una enfermedad terminal de un ser querido. El doliente experimenta emociones propias de las diferentes etapas del duelo, aunque el ser querido todavía siga con vida. Una vez se produce el fallecimiento, la persona puede llegar a sentirse aliviada, lo cual a su vez puede traer consigo sentimientos de culpabilidad.

Duelo crónico, patológico, complicado o sin resolver

En este tipo de duelo el proceso sigue presente durante más tiempo de lo que habitualmente se consideraría normal y, sobre todo, interfiere en el normal desarrollo de la vida del doliente, impidiendo reorganizarla y asumir los cambios que implica la perdida.

Dentro del duelo sin resolver podemos encontrar varios subtipos:

-Duelo desautorizado o invisibilizado: Se da cuando el entorno del doliente no acepta el dolor que siente o lo invalida después de un tiempo, al considerar que ya debería estar superado. Así, a pesar de no haber completado el proceso de duelo, la persona esconde sus emociones frente a sus familiares o amigos. Ejemplos de este tipo de duelo se dan en casos de duelo perinatal, duelo por la pérdida de una mascota o cuando el fallecido llevaba asociado un estigma social (casos de violencia doméstica, personas delincuentes, etc.).

-Duelo distorsionado o exagerado: Se da cuando la reacción es desproporcionada a la situación.

– Duelo ambiguo: Aparece en los casos de personas de las que no hay pruebas fehacientes de que hayan fallecido, por ejemplo, en el caso de personas desaparecidas o grandes catástrofes. Los dolientes no pueden completar el proceso de duelo y siempre existe cierta esperanza.  Otra clase de duelo ambiguo se da cuando el doliente puede percibir a la persona de manera física pero ausente psicológicamente. Es el caso de personas con demencias, daños cerebrales o en estado vegetal.

Aplazar el duelo

En ocasiones, a pesar de que el fallecimiento ya ha ocurrido, la persona no inicia el proceso de duelo y no reacciona de forma inmediata a la perdida. Esto puede deberse a distintos factores y resultan en diferentes subtipos de duelo dentro del duelo complicado:

Duelo ausente

Como mecanismo de defensa, el doliente niega la perdida y actúa como si el fallecimiento no hubiese ocurrido.

Duelo retardado

Similar al duelo ausente pero no actúa como mecanismo de defensa. Se da habitualmente cuando el doliente debe hacerse cargo de muchos aspectos que no le dejan tiempo para vivir el duelo.

Duelo inhibido

Ocurre cuando la persona no es capaz de expresarse emocionalmente y se distancia de la perdida, evitando enfrentarla. En ocasiones la persona suprime el dolor emocional tan intensamente que éste acaba reflejándose en problemas físicos que dificultan su vida diaria. El doliente no relaciona su sintomatología con la pérdida sufrida.

Evitar llegar al duelo patológico

 Enfrentarse a la muerte de un ser querido se convierte, a veces, en un proceso complicado y no siempre es posible superarlo por uno mismo. En ocasiones es necesario buscar la ayuda de un profesional que nos oriente y nos descubra las herramientas más recomendables para nuestro caso concreto.

Las propias funerarias y compañías de seguros de decesos ofrecen este tipo de servicio psicológico de ayuda al duelo a las familias. Asimismo, organizan grupos de ayuda al duelo. Estas mismas empresas también pueden encargarse de organizar ceremonias de homenaje al difunto. De la misma manera, existen entidades especializadas en la ayuda al duelo que pueden sernos de utilidad.

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