Catalunya aprueba el Proyecto de ley de voluntades digitales

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Tras meses de trabajo en la creación de la figura de heredero de patrimonio digital, tal y como publicábamos en junio del año pasado en nuestra web, el Gobierno catalán ha aprobado este martes, 28 de febrero, el Proyecto de ley de voluntades digitales, una norma para regular la vida digital de las personas fallecidas. Se trata de un marco legal que reconoce el valor patrimonial de la huella digital. Por ello, se quiere estimular la designación de un heredero digital, que quede explícitamente  reflejado en el testamento. Este heredero será el encargado de administrar todas las cuentas y contenidos del difunto en la red, de acuerdo con su voluntad. El objetivo es que los herederos queden inequívocamente apoderados ante los prestadores de servicios digitales, quienes deberán facilitarles tanto el acceso a todas las cuentas como la retirada y la recuperación de archivos de  los difuntos.

Entre los activos de una herencia digital, el Proyecto de ley distingue las comunicaciones electrónicas, las cuentas en redes sociales, el almacenamiento de archivos en la nube o los bienes, servicios y dominios adquiridos por la persona. El heredero digital también se hará cargo de la titularidad de cuentas y de los contenidos en Internet si su titular es declarado incapaz.

El Gobierno también ha previsto la creación de un registro de voluntades digitales, dirigido sobre todo a las personas jóvenes, que no han hecho testamento porque no cuentan con patrimonio. El registro, que dependerá del Departamento de Justicia, permitirá la designación telemática del heredero digital desde cualquier ordenador, si se dispone de firma electrónica. Delante de los prestadores de servicios, la inscripción en el Registro de voluntades digitales tendrá el mismo valor que el testamento. En caso de que el testamento y el registro incluyan voluntades diferentes, siempre prevaldrá el testamento.

El Proyecto de ley de voluntades digitales adapta las normas sobre sucesiones del derecho civil catalán a la expansión de las nuevas tecnologías y a la aparición de nuevas formas de patrimonio que, hasta ahora, no estaban previstas. Se trata de un proyecto pionero en todo el país.

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