Dificultades para armonizar tradición musulmana y legislación española

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El Cementerio de Valencia cuenta con una parcela de unos 700 metros cuadrados específica para musulmanes, el lugar en el que los practicantes de esta religión pueden enterrar a sus difuntos. El recinto existe desde el año 2000, cuando el Ayuntamiento de Valencia cedió una parte del camposanto a la comunidad islámica en la que poder dar sepultura a sus finados con los principales requisitos: que descansen mirando a la Meca y con tumbas en el suelo, en ningún caso nichos.

Los primeros entierros musulmanes llevados a cabo allí se hicieron siguiendo al pie de la letra el resto de requisitos del rito islámico. Sin caja funeraria, con una sábana como único lienzo mortuorio y en contacto directo con la tierra, costumbres que más tarde prohibiría una normativa de policía sanitaria mortuoria. Es por ello que ahora la Unión de Comunidades Islámicas de la Comunidad Valenciana (Ucidval) ha solicitado que se permita enterrar a sus difuntos en el cementerio de Valencia sin ataúd, en contacto directo con la tierra, como marca sus creencias, según publica hoy el diario Las Provincias.

El presidente de Ucidval, Ihab Fahmy, cree conveniente que haya una legislación a nivel nacional, con los preceptivos estudios topográficos, geológicos y sanitarios que haga falta, con tal de que se respete el sistema legal, pero también respetando todas las religiones. Para el representante musulmán, es importante proteger sentimientos y creencias en algo tan sensible como es la muerte y el último adiós a un ser querido.

Aunque reconoce que una gran mayoría de los valencianos que profesan el Islam ha acatado la normativa finalmente impuesta por la Administración, Fahmy explica que se sigue un camino intermedio entre la norma que fija la ley funeraria y los ritos coránicos, y en concreto se lleva a cabo la práctica de introducir tierra en los féretros, hasta rodear los cuerpos, para salvaguardar así la creencia islámica. Pero el representante de Ucidval estima muy deseable que la legislación cambie para dar cabida a su costumbre.

La problemática surgida en la Comunidad Valenciana es la misma que en los últimos meses se ha dado en la de Madrid, concretamente en el Cementerio de Griñón, que reabría sus puertas a los enterramientos el pasado mes de diciembre después de prohibirlos por incumplir la legislación en materia sanitaria y carecer de licencia para dicha actividad. Desde entonces, las sepulturas se están llevando a cabo en una zona acotada y provisional del camposanto, elegida por el Ayuntamiento del citado municipio. En cumplimiento de la normativa vigente, los cuerpos se introducirán en bolsas estancas o en cajas de zinc, tal y como informaba el diario ABC.

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