Un artículo de Lic. Sandra Colman, Semiólogo Forense, Técnico Tanatopractor y Docente Internacional
Actualmente, pese a que la datación de la muerte nunca es una ciencia del todo exacta, hay un gran número de factores que nos ayudan a hacernos una idea mucho más precisa del tiempo que ha transcurrido desde el fallecimiento de un individuo. Estos factores, conllevan a la desintegración del cadáver en su totalidad y son conocidos como fenómenos cadavéricos, los cuales son de mucha relevancia médico legal y judicial, porque permiten comprender y establecer las causas y diagnóstico de la muerte.
En el presente artículo, se abordará este tema de especial interés para la humanidad, explicando la producción de los fenómenos cadavéricos después del deceso. Ya que dichos fenómenos son cambios que se producen en todo cuerpo sin vida, cuando éste sufre pasivamente la influencia de la naturaleza, convirtiéndose en signos relevantes para determinar el diagnóstico de la muerte y las implicaciones jurídicas que esta puede desencadenar.
Cabe mencionar también, refiriéndonos estrictamente a la tanatología como disciplina médico-legal que, para ser una ciencia relativamente nueva dentro de la medicina, los avances que se han realizado en los últimos años han sido muy importantes, y es por ello que se consideró oportuno incluir este término en el artículo, y relacionarlo con la utilidad médico-legal de los fenómenos cadavéricos.
Esperando poder contribuir con la comprensión de este campo en la medicina legal, que hace su estudio, sobre todo, para la investigación de los delitos contra la vida, el cuerpo y la salud, e invitando a leer los planteamientos aquí propuestos, como consecuencia de una minuciosa investigación; la cual a su vez fue inspirada en la agradable experiencia que tuve la oportunidad de vivir durante mi pasantía por la materia de Medicina Legal en la Facultad de Medicina. Para una mayor comprensión del artículo, es importante explicar ciertos términos relacionados al tema, como lo son los siguientes:
Tanatología
Del griego tanatos: muerte y logos, tratado, es la parte de la medicina legal que estudia las modificaciones del organismo himano a partir del momento mismo de haberse producido la muerte.
Tanatocronodiagnóstico
Se compone de los vocablos ‘cronos’, tiempo, ‘thanatos’, muerte, y ‘diagnosis’, conocer, por lo que podemos inferir que significa ‘conocer el tiempo de la muerte’.
Fenómenos cadavéricos
Se trata de los cambios producidos en el cuerpo sin vida, a partir del momento en que se extinguen los procesos bioquímicos vitales, sufriendo pasivamente la influencia de la naturaleza. Estos cambios son sumamente importantes y de gran utilidad en la práctica forense para la determinación del intervalo post-mórtem (IPM). El conjunto de modificaciones que experimenta el cuerpo ya sin vida, pueden dividirse en dos etapas: en la primera (fenómenos cadavéricos propiamente dichos), se van extinguiendo las características vitales, adquiriendo el cadáver un aspecto y propiedades nuevas resultantes de sufrir pasivamente las influencias ambientales; en la segunda los gérmenes presentes en el cadáver o que llegan a él del exterior, atacan profundamente los tejidos cadavéricos, ocasionando su descomposición y destrucción (fenómenos putrefactivos).
Los fenómenos cadavéricos se pueden clasificar a sí mismos, en: Inmediatos, Consecutivos o Tempranos, y Transformativos o Tardíos. Los fenómenos inmediatos se refieren al cese de funciones vitales: del sistema nervioso central, cardiovascular y respiratorio. Mientras que los cambios o fenómenos tempranos son los de principal interés a nivel de las modificaciones en el cadáver de la persona y que nos pueden ayudar a la determinación de una probable hora y causa de muerte. Estos serán el centro de estudio en el presente artículo, los cuales son:
Enfriamiento cadavérico o algor mortis
Una vez que el sujeto ha fallecido, comienza su enfriamiento progresivo hasta equilibrar su temperatura con la del medio ambiente. El cadáver pierde rápida y progresivamente su calor por haberse suspendido los fenómenos oxidativos tisulares que lo producen en el vivo; quedando el cuerpo en situaciones análoga al de una plancha eléctrica caliente, una vez interrumpido el paso de la corriente. La disminución del calor corporal constituye, entre los primeros signos de la muerte, uno de los más importantes.
En cuanto a la forma, el enfriamiento sigue siempre el mismo patrón, empezando por extremidades donde es más difícil el riego sanguíneo de por sí, se inicia entonces en los pies, manos y cara, que están fríos 2 h después de la muerte. Luego se extiende a las extremidades, pecho y dorso. Por último, se enfrían el vientre, axilas y cuello. Los órganos abdominales pueden conservar el calor incluso 24h. El enfriamiento es apreciable al tacto entre las 10 y 12 h tras la muerte.
Existen una serie de factores, como el macro y microclima ambiental, la contextura física, el estado previo del sujeto y hasta la causa de muerte, que pueden provocar modificaciones en el ritmo de enfriamiento.
El enfriamiento cadavérico posee dos aplicaciones prácticas de gran interés médico-legal:
Diagnóstico de la muerte: Una temperatura de 20 °C se considera incompatible con el mantenimiento de la vida, y por lo tanto como signo de muerte certera. Esta afirmación debe ser tomada con reservas cuando se trata de sujetos recuperados de medios ambientes a muy bajas temperaturas, que han tenido un síndrome de congelación. Salvo esta posibilidad, el descenso de la temperatura de un cuerpo hasta la antes mencionada, equivale a un diagnóstico de muerte real.
Data de la muerte: El enfriamiento o Algor Mortis es quizá el fenómeno más útil para determinar el intervalo post-mórtem (IPM), ya que disminuye de forma gradual y progresiva hasta igualarse con el medio ambiente aproximadamente a 1°C por hora. Un cuerpo tarda entre 15 y 20 horas en igualar su temperatura con la del medio ambiente por completo dependiendo de múltiples factores antes mencionados.
Deshidratación cadavérica
Es un fenómeno físico- químico caracterizado por la pérdida paulatina de líquido corporal a consecuencia de la evaporación, y está directamente influenciado por diversas circunstancias externas, principalmente la temperatura del medio en el que se encuentra el cadáver y la ventilación. Mediante este proceso, el cadáver experimenta cambios como pérdida de peso (sobre todo en lactantes y recién nacidos), apergaminamiento cutáneo, desecación de mucosas y fenómenos oculares. Estos últimos son fenómenos muy llamativos y conocidos desde la antigüedad, ya que se ven a simple vista y son de mucha utilidad para determinar la hora de la muerte. Estos fenómenos son el hundimiento ocular, la opacidad de la córnea (también llamado fenómeno de Stenon-Louis), y la mancha esclerotical o de Sommer-Larcher; todos ellos constituyen signos precoces de muerte, pero estarán condicionados cronológicamente según si el cadáver permaneció con los ojos cerrados o no.
Livideces cadavéricas o livor mortis
Son manchas rojizas o violáceas que aparecen en las zonas declives del cuerpo por acción de la gravedad y acumulación de la sangre estancada a falta de pulso. Su posición está determinada por la posición del cuerpo (siempre y cuando haya estado invariable al menos por tres horas). Se desarrollan ya que, al cesar la actividad cardíaca en el momento de la muerte, se produce un proceso de contracción vascular desde las arterias (ahora vacías) hacia las venas; a partir de ese momento, la sangre que ya no está siendo sometida por la actividad circulatoria, obedece únicamente las leyes de la gravedad, por lo que se acumula en las zonas declives del cuerpo, dando lugar a la formación de dichas manchas de color rojo-violáceo, de extensión variable. Comienzan a aparecer a las 3h de fallecida la persona, y se fijan definitivamente a las 15h.
La distribución de las livideces depende de la posición del sujeto al morir o de la que se da al cuerpo después de la muerte (razón por la cual son un dato muy importante en relación a la posición del cadáver, que podría ayudar a determinar si existió manipulación del mismo). Cuando el cuerpo queda en posición supino, ocupan la parte posterior de la cabeza, cuello, espalda, nalgas y parte posterior de los miembros, pudiendo observarse no obstante en plena zona declive regiones pálidas que corresponden a las partes comprimidas. En un sujeto que murió ahorcado, que ha quedado suspendido durante algún tiempo, ocupan la mitad inferior del cuerpo.
Estas manchas desaparecen fácilmente a la digito presión antes de las 8h post-mórtem. Y también vemos que después de 24h ya no se forman más livideces, y que posterior a las 12h, las ya formadas permanecen iguales, si el cadáver es movido dentro de ese lapso, se produce el fenómeno de transposición de livideces, que son manchas nuevas en la zona de declive, sin que las primitivas desaparezcan. Todo ello indica que las livideces cadavéricas tienen una gran importancia y aplicación médico-legal, en los siguientes aspectos:
Por lo explicado anteriormente, vemos como el momento de aparición de las livideces, el de adquirir su total extensión, y su posibilidad de transporte son otros tantos elementos de juicio de utilidad para el diagnóstico cronológico de la muerte, y además la localización topográfica de las livideces representa un fiel testimonio de la posición a la que ha permanecido el cadáver después de la muerte. Tiene una especial importancia la comprobación de que las livideces tienen una localización anormal respecto a la posición en que se ha encontrado el cadáver, en especial si se encuentran livideces en planos opuestos: indicando una transposición después de 12h de fallecimiento, pero anterior a 24h de este.
Por ejemplo: Un cadáver es encontrado sentado en un sillón. La herida situada en la región del corazón y el revólver hallado cerca del cuerpo hacen pensar en suicidio. Pero las livideces dorsales y lumbares indican un cambio de posición del cadáver.
Rigidez cadavérica o rigor mortis
La rigidez cadavérica es un estado de endurecimiento de los músculos estriados, lisos y cardíacos, debido a la acidificación y deshidratación post-mortem. Se desarrolla siempre después de un periodo variable de flacidez muscular. Se considera un proceso químico-enzimático, que se produce como consecuencia de la disminución de ATP muscular, con lo cual comienza la rigidez, y ésta termina con el comienzo de la putrefacción del cadáver (cuando la acidez retorna a la alcalinidad). Comienza a ser evidente a partir de las 3 horas de la muerte, inicia en los músculos pequeños de la cara (párpados, de la masticación), progresa al cuello, tórax, miembros superiores y finalmente abdomen y miembros inferiores. Suele ser completa entre las 12 a 15 horas después de las cuales desaparecen en el mismo orden. Este cambio cadavérico puede a su vez, dividirse en 3 fases bien diferenciadas:
–Fase de instauración: 3-12 h
–Fase de estado: 12-24 h
–Fase de resolución: 24-36 h
Y estas fases se diferencian entre sí por la característica de la rigidez como tal. Durante la fase de instauración la rigidez puede vencerse aplicando cierta fuerza, recuperando los miembros su flacidez, pero al cabo de un tiempo se reinicia el proceso. En la fase de estado, la rigidez es prácticamente invencible sin producir fracturas o desgarros. Y en la tercera fase, la de resolución, si se vence la resistencia muscular, las masas musculares ya no vuelven al estado rígido.
Estos datos son de importancia a la hora de intentar determinar la data de la muerte en base a este fenómeno cadavérico. Asimismo, guarda importancia médico-legal su utilidad a la hora dereconstruir las circunstancias en las que se produjo la muerte: por ejemplo, diagnóstico de la simulación de suicidio por disparos de arma de fuego: Un revólver situado convenientemente en la mano derecha para simular un suicidio, puede ser mantenido por la flexión post-mórtem de los dedos.
Espasmo cadavérico
Constituye un tipo especial de rigidez cadavérica que se manifiesta de forma instantánea, es decir, sin que tenga lugar la fase de relajación muscular previa (es lo que lo diferencia de la rigidez precoz, donde siempre hay un período previo de flacidez muscular), contrariamente, el espasmo sigue a la última contracción vital, fijando la actitud o postura que tenía el cuerpo en el momento de la muerte. Puede ser:
-Generalizado: en este caso todo el cuerpo experimenta la rigidez súbita, conservando la posición que tenía. Se observa de modo particular en los soldados caídos en el campo de batalla, cuyos cadáveres mantenían la actitud en la que los sorprendió la muerte.
-Localizado: en esta variante solo resultan interesados por el espasmo cadavérico, ciertos grupos musculares aislados. En la práctica, esto se traduce por la conservación de la última expresión de la fisonomía, o por la conservación de una actitud o movimiento parcial, lo que en ocasiones es de gran valor en el diagnóstico del suicidio.
La importancia Médico-Legal del espasmo cadavérico se debe a que su aparición fija la última actitud vital de la víctima, permitiendo de esta manera reconstruir los hechos. Interesa, sobre todo, el espasmo cadavérico localizado en la mano, que se observa a menudo en los casos de suicidio por disparo de arma de fuego, en que con frecuencia se encuentra el arma fuertemente sujetada por la víctima.
Conclusiones
Con la realización de este artículo, y la finalización del curso de esta materia en particular, puedo concluir diciendo que los fenómenos cadavéricos son un instrumento de gran utilidad para el médico forense en su práctica diaria, ya que le permiten una determinación sumamente precisa acerca del Intervalo Post Mórtem (IPM) en casos específicos, y de esta forma contribuir a la práctica judicial, civil y penal.
Para mí, como estudiante de medicina, resulta de importante utilidad conocer la aplicación de estos fenómenos, ya que a través de los mismos me resulta más fácil entender un poco más acerca de las características propias de la muerte, algo con lo que, inevitablemente estaré enfrentándome en el día a día de mi carrera.
De la misma forma, es de suma importancia estar al tanto de cuáles son los signos definitivos que contribuyen a determinar el estado de muerte certera, así como de los métodos que conforman el tanatocronodiagnóstico, ciencia que investiga el cálculo y opinión médico-forense en relación a la data de muerte basándose en el estudio de los fenómenos cadavéricos.
Tanto para mí como para mis compañeros de estudio ha sido una sorprendentemente agradable experiencia, ya que durante el desarrollo de la materia de Medicina Legal, hemos podido adquirir y absorber toda la información necesaria para enfrentarnos a las posibles circunstancias en las que, como médicos, deberemos responder de la manera más adecuada, profesional y humana posible.
Lic. Sandra Colman, Semiólogo Forense, Técnico Tanatopractor y Docente Internacional
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