Cuatro de las empresas funerarias de mayor peso de la provincia de Pontevedra acaban de reclamar la intervención del arzobispo Julián Barrio para poner fin al fraude que aseguran cometen “de manera reiterada y desde hace mucho tiempo” numerosos sacerdotes de la comunidad al exigir el pago en metálico y sin rastro fiscal por sus oficios en entierros y funerales.
Las funerarias -que solicitan su anonimato público “por miedo a las represalias de los curas implicados” enviaron hace unos días una carta al arzobispo en su condición de máximo responsable de la provincia eclesiástica de Santiago en la que le comunican que a partir de ese mismo día las empresas funerarias implantaran los medios bancarios como forma de pago de los funerales que les correspondan. Las empresas consideran que ha llegado el momento de que la Iglesia Católica regularice y oficialice en Galicia los cobros que reciben los sacerdotes por los oficios de entierros y funerales, y que estos se atengan además a las tarifas que las cuatro diócesis gallegas y la archidiócesis de Santiago aprobaron en marzo de este año.
“Llevamos años tratando de combatirlo parroquia por parroquia, de que haya un rastro claro de nuestros pagos por los oficios porque tenemos y queremos justificarlos ante nuestras empresas, accionista y ante Hacienda, pero con muchos curas es imposible, se oponen a que quede rastro e incluso si pedimos factura no dudan en echarnos encima a las familias en momentos tan delicados, diciéndoles que les paguen a ellos en metálico y que luego hagan cuentas con la funeraria o la compañía de seguros”, indica uno de los empresarios firmantes de la carta dirigida a monseñor Barrio.