Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, Duquesa de Alba, fallecía ayer en el Palacio de Dueñas (Sevilla) rodeada de su familia, tal y como anunció públicamente el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido. Un sepelio organizado por Grupo Mémora, compañía funeraria encargada de la preparación de las pompas fúnebres.
El cuerpo de la duquesa fue trasladado a la capilla ardiente, instalada en el salón Colón del consistorio sevillano. El espacio ha estado abierto al público desde ayer jueves a las 14.00 h. hasta las 11 de la mañana de hoy, siendo visitado por más de 80.000 personas. A partir de este momento, el féretro ha sido trasladado a la Catedral de Sevilla, donde se celebrará el funeral tras el que los restos de la duquesa serán incinerados en el sevillano cementerio de San Fernando.
Ya por la tarde, sus cenizas serán colocadas en el altar mayor de la Iglesia del Valle, sede de la hermandad de Los Gitanos -de la que era hermana, camarera de honor y gran benefactora-, bajo el Cristo de la Salud, del que era muy devota. A esta ceremonia asistirán los familiares de la duquesa. Otra parte de las cenizas reposará en el panteón familiar de Loeches (Madrid).