Según las cifras publicadas este mes de abril por el Registro Nacional de Instrucciones Previas, Navarra es la comunidad autónoma con el mayor porcentaje de testamentos vitales. Con un 12,11 (tasa por 1.000 hab.), la comunidad foral prácticamente dobla la media estatal que se sitúa en 6,13, seguida de cerca por el País Vasco (11,51) y Cataluña (11,20). Por su parte, las comunidades autónomas con menos porcentaje de testamentos vitales registrados son Ceuta y Melilla con un 0,93, Extremadura (1,76) y Murcia (3,04). En el conjunto de nuestro país, desde 2007 hasta la actualidad existen un total de 286.336 declarantes con instrucción previa activa. En abril de 2018 esta cifra era de 261.229 personas que habían registrado su ‘documento de instrucciones previas’ o ‘documento de voluntades anticipadas’.
Recordar que el testamento vital existe en nuestro país desde 2002, aunque no se utiliza de forma masiva por desconocimiento por parte de los ciudadanos de cómo y dónde se puede realizar y de las cuestiones que el otorgante puede decidir en el mismo. En España, vinculado al derecho a una muerte digna, aparece contemplado por primera vez en la Ley 41/2002 reguladora de la autonomía del paciente y de los derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica. Por otro lado, el Registro Nacional de Instrucciones Previas, en el que se inscribe dicho documento para que surta efectos, fue creado y regulado por el Real Decreto 124/2007 de 2 de febrero 2007 y depende del Ministerio de Sanidad y Consumo. Con posterioridad, cada comunidad autónoma ha ido aprobando la correspondiente normativa para regular tanto el indicado testamento vital, que recibe múltiples nombres, como su forma de otorgamiento y contenido además del Registro autonómico en el que se inscribe.
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