Según informa el periódico El País, la Asociación Nacional de Servicios Funerarios, Panasef, ha solicitado por carta al Gobierno y a los consejeros de Sanidad de las diferentes Comunidades Autónomas que se tenga en cuenta la opinión de los profesionales funerarios y que se los incluya dentro de la elaboración y puesta en marcha del protocolo oficial de actuación contra el ébola, el cual fue aprobado el pasado 9 de octubre y en el que se plasman algunas directrices sobre cómo tratar los restos mortales de las personas infectadas.
Así, según el texto, si se sospecha que un fallecido padecía ébola no se debe realizar la autopsia ni los procedimientos habituales de preparación del cuerpo: éste será trasladado en un féretro sellado y en una bolsa de traslado impermeable. Además, deberá ser incinerado.
Diversas Comunidades Autónomas han tenido en cuenta la petición de Panasef y la valorarán a lo largo de los próximos días, según informan desde la entidad.