Arranca hoy la primera fase de búsqueda de los restos mortales de Miguel de Cervantes en el Convento de las Trinitarias de Madrid, donde se cree que fue enterrado en cumplimiento de su expreso deseo, según publica el diario La Vanguardia.
La tumba del autor de Don Quijote de la Mancha, que falleció en 1616, nunca se ha tratado de localizar, a pesar de que un estudio de la Real Academia Española documentó que sus restos nunca salieron de las Trinitarias. El investigador Luis Avial tratará de identificar en la iglesia las cavidades en que pudieron producirse enterramientos con la ayuda de un georradar y un infrarrojo que calcula los cambios de temperatura. Así, durante aproximadamente tres días, Avial tomará muestras del suelo, las paredes y una cripta cerrada desde 1955.
Tras procesar toda la información, durante el mes siguiente obtendrá una imagen tridimensional completa de todo el edificio, que facilitará al Ayuntamiento y al forense Francisco Etxeberría para que éste, en el caso de que sea viable, dirija una excavación selectiva y cuidadosa que permita recuperar los restos de Cervantes. La investigación, en la que también participa el historiador Fernando de Prado, está dividida en tres fases que, de llevarse a cabo, tendrían un coste cercano a los 100.000 euros, si bien para la primera fase -la que comienza hoy- solamente serán necesarios 12.000 euros. Luis Avial afronta con optimismo la búsqueda de los restos del escritor y asegura que ha participado en investigaciones mucho más difíciles, aunque el éxito no está asegurado y el proyecto puede topar con otro escollo: el edificio donde se busca a Cervantes es Bien de Interés Cultural (BIC), lo que exige un grado de protección muy alta por el valor del convento en sí mismo.
Si la primera fase arroja un resultado positivo, se pasaría a la segunda parte, la de la extracción de los restos, de la que se haría cargo el forense Etxeberría, quien ha participado en la exhumación de asesinados en la Guerra Civil española, en el análisis de los restos del presidente chileno Salvador Allende o en el informe pericial de la desaparición de los hermanos Bretón, entre otros casos. Una vez recogidas las muestras, se iniciaría la última fase, la del laboratorio, consistente en analizar los restos, que esperan identificar gracias a caracterizaciones antropológicas como las lesiones que el escritor sufrió en la Batalla de Lepanto en 1571 -dos arcabuzazos en el pecho y uno en la mano izquierda.