Entrevistamos a Jordi Fernández, Responsable de Tanatopraxia del Grupo Mémora

Jordi Fernández es uno de los nombres más destacados en el ámbito de la tanatopraxia en España. Como responsable de esta especialidad en el Grupo Mémora, su experiencia y compromiso con la dignidad y el respeto en el tratamiento postmortem le han convertido en una figura clave para el sector funerario. Jordi no solo ha estado al frente de complejas situaciones como la pandemia del COVID-19, sino que también lidera iniciativas formativas internacionales que consolidan a Barcelona como un referente global en la capacitación de profesionales funerarios.
En esta ocasión, Jordi nos hablará sobre su papel en la formación internacional organizada en colaboración entre FIAT-IFTA, Sortem y el Grupo Mémora. Este evento, que en esta edición se ha llevado a cabo en las instalaciones de Mémora, ha reunido a participantes de países como Grecia, Maldivas y Finlandia, reforzando el liderazgo de Barcelona como capital de la tanatopraxia.
“Creo que es necesaria la creación de una formación profesional ‘funeraria’ donde se forme con calidad un oficio muy digno y a la vez necesario”
Barcelona se está consolidando como un epicentro de referencia en la formación de tanatopraxia. ¿Qué hace que esta ciudad sea un punto clave para la capacitación de profesionales funerarios?
Barcelona, por si sola ya es un foco de atracción e innovación en muchos sentidos, y también desde el punto de vista del propio sector funerario. Barcelona fue la cuna de la tanatopraxia a nivel estatal y siempre se ha tenido una especial vocación y sensibilidad a la hora de tratar y presentar los difuntos a sus familiares y amigos, y ello, quieras o no, hace que repercuta a todos los niveles.
Desde su perspectiva, ¿qué aporta esta colaboración entre FIAT-IFTA, Sortem y el Grupo Mémora a la profesionalización del sector?
El intercambio de conocimientos entre profesionales de diferentes países nos nutre y aporta valor a todos. Conocer las necesidades de qué o cómo pasa en la otra punta del mundo nos ayuda a entender las diferentes culturas en relación con la muerte. La globalización es una realidad que también nos afecta y tenemos que estar preparados para poder afrontar cualquier necesidad que nos pueda surgir. Este tipo de encuentros nos posiciona y nos da valor, por ejemplo, cuando una familia pierde un ser querido en un país extranjero. Imagínense lo difícil que puede ser todo, el saber cómo actuar, y ofrecer nuestra mejor versión ayuda a hacer frente a pérdidas y situaciones complejas, con trabajo y profesionalidad.
Formación Internacional
¿Qué representa para el Grupo Mémora la organización de esta formación internacional en tanatopraxia?
Afrontamos esta formación con mucha ilusión, siendo un reto, como ya he dicho, y sin haber abandonado nunca esa vocación, volver con mucha más fuerza a ser la referencia a nivel estatal en el campo de la tanatopraxia. Y este tipo de acciones repercute a las familias que atendemos todos los días del año; que vean y sientan que su ser querido ha sido tratado con el máximo de respeto y, por qué no decirlo, ‘cariño’ y profesionalidad que merecen.
¿Qué aprendizajes espera compartir con los participantes de países como Grecia, Maldivas y Finlandia?
Será un intercambio cultural de conocimientos, técnicas de actuación y forma de hacer. He de imaginar que cada uno de los países representados en este foro tiene unas necesidades concretas y distintas, situaciones que se pondrán encima de la mesa para ser tratadas con conciencia y aprender mucho unos de otros. Por ejemplo, en Grecia el desarrollo de la tanatopraxia es muy embrionario.
¿Qué impacto cree que tiene la diversidad cultural en el intercambio de conocimientos en tanatopraxia?
Se debería de visualizar de forma muy global. Unir esfuerzos y concretar actuaciones. Deberíamos poder forjar un decálogo de actuación a nivel mundial para saber qué mínimos debemos de atender. Como bien sabéis y poniendo como ejemplo dos países similares y tan diferentes en la cultura de la muerte, España y Francia, muchos conocemos perfectamente las diferencias que hay en la forma, duración y actuación; separándonos escasos kilómetros, lo diferente que somos. Pues bien, este tipo de intercambio nos debe de ayudar a saber afrontar las necesidades que se nos presenten en cada momento.
Lecciones del COVID-19
Durante la pandemia, los profesionales de la tanatopraxia estuvieron en primera línea. ¿Cómo afrontó ese desafío personal y profesionalmente?
Sería injusto sólo mencionar a los profesionales de la tanatopraxia; estuvimos en primera línea todo el sector funerario, desde el primero al último y como percepción personal creo que poco se reconoció el trabajo que se realizó. Yo cuando pienso o escucho hablar del confinamiento, no percibo aquella situación tal y como mis amigos o familiares la describen. Posiblemente fueron los tres meses de mi vida que más trabajé, jornadas maratonianas, donde los sentimientos estaban a flor de piel. La responsabilidad no me dejaba pensar en disfrutar de los ‘festivos’. Cuando estaba en casa, descansando, pensaba -que haces aquí Jordi-, me despedía de mis hijos y esposa y me iba a trabajar junto con mis compañeros. Fue dantesco, un escenario que parecía que estuviéramos en guerra. Aquella situación hizo que percibiera el trabajo que realizamos de diferente forma y ello provocó en mi interior la lucha que en la actualidad llevo como lema: ‘no puede ser que cualquier persona pueda manipular un difunto’, por lo que estoy empeñado en seguir impulsando la formación en el sector y en la de mis compañeros.
¿Qué aprendizajes clave ha dejado el COVID-19 en el sector funerario y en el enfoque hacia el trato con los fallecidos y sus familias?
Siguiendo el hilo de la anterior respuesta, la pandemia dejó al descubierto la fragilidad del sistema y que la situación real podía superar con creces cualquier ficción. Durante los primeros días de pandemia y a medida que se incrementaba el número de fallecidos, sin saber exactamente a lo que nos enfrentábamos, en alguna ocasión me pasó por la cabeza –igual, mañana, el que está dentro del féretro soy yo-. Las cifras de defunciones crecían día a día, no se daba abasto. Se contrataba a trabajadores que no disponían de formación específica destinados a la recogida y manipulación de difuntos, el sector funerario fue muy generoso y en su globalidad no reparó en gastos, pero como sociedad, no podemos permitirnos, y la prueba ahí está, que cualquier persona pueda manipular un difunto. En este sentido, creo que es necesaria la creación de una formación profesional ‘funeraria’ donde se forme con calidad un oficio muy digno y a la vez necesario.
Futuro de la Tanatopraxia
¿Cómo visualiza la evolución de la figura del tanatopractor en los próximos años?
Si no recuerdo mal, es en el año 2012 donde se reconoce la figura del tanatopractor a nivel estatal y se empieza a dar forma a sus contenidos; queda mucho por hacer, pero es todo un logro que en muchas comunidades autónomas se reconozca la figura del tanatopractor y se haya creado la posibilidad de reconocimiento con el ‘certificado profesional de Tanatopraxia’, que va acreditando poco a poco la profesionalización del sector. El estar reconocido, el poder responsabilizarse del trabajo realizado, poder firmar un acta de embalsamamiento sin la necesidad de que tenga que intervenir un médico, que el decreto de Policía Sanitaria Mortuoria recoja y ampare al tanatopractor es un gran logro. En los últimos 10 años se ha avanzado lo que nunca se hizo antes, pero aún queda mucho camino por recorrer.
Con el auge de la sostenibilidad y las prácticas más ecológicas, ¿cómo puede adaptarse la tanatopraxia a estas tendencias?
Estamos comprometidos con el medio ambiente, cada vez más se tiene presente la sostenibilidad de nuestros servicios. Hay un amplio consenso para respetar el medio ambiente, no solo desde la parte de la tanatopraxia, en sí todo el sector. La existencia de productos y servicios certificados como respetuosos con el medio ambiente, la utilización de productos no nocivos, la fabricación de féretros ecológicos, el incansable trabajo para encontrar un sustitutivo del formaldehido, son claros síntomas del sector por el respeto a la ecología. Estamos muy concienciados en ello y apostamos cada vez más.
¿Qué rol desempeña la innovación de nuevos productos en la formación y práctica de los tanatopractores?
La innovación es una realidad en todos los campos incluyendo la tanatopraxia. Cada vez más existen nuevos productos con una clara vocación de respeto con el medio ambiente y con los cuerpos. Los tanatopractores nos vamos formando, muchas veces pasando el testigo unos a otros, innovando, en una clara labor autodidacta en muchas ocasiones. Ya existen diferentes fluidos que conservan el cuerpo sin el uso del formaldehido, lo que nos obliga a estar al día de saber cómo y cuándo utilizarlos. Además, en ocasiones hemos de mezclarlos con otros químicos para encontrar la formulación de la conservación, y aunque a día de hoy no hay un producto que sustituya al formol con la misma seguridad en el resultado final, estamos siempre al pie del cañón para conseguir un buen resultado y que el momento de las familias al reencontrarse con su ser querido, sea lo más placentero posible.
¿Sabías que…?
La tercera edición del Taller Internacional de Tanatopraxia Nivel 1, ha tenido lugar del 4 al 7 de marzo. Esta formación, en la que un grupo de seis participantes ha podido adquirir una experiencia práctica profunda en tanatopraxia y técnicas de embalsamamiento, es parte del Programa de Educación Global de la FIAT-IFTA y ha estado organizada en esta ocasión por Sortem y Tanatorio Sancho de Ávila–Funeraria Mémora Barcelona. La segunda edición tuvo lugar en mayo de 2024 y la primera convocatoria se celebró en octubre de 2023, ambas en Barcelona.
El Taller Internacional de Tanatopraxia, que se imparte en inglés y que tiene como objetivo que los participantes adquieran conocimientos a través de la realización de casos prácticos reales, cubre procedimientos esenciales, desde el lavado y desinfección sanitaria, acabado y preparación final, hasta técnicas más complejas como: inyección, drenaje y el manejo del instrumental necesario.
Los asistentes se benefician de un enfoque práctico, utilizando productos de conservación de última generación en unas instalaciones de formación totalmente equipadas. Las prácticas de tanatopraxia finalizan con la cena de clausura y entrega de certificados.
Consulta la entrevista completa en el número 183 de Revista Funeraria