Grupo Albia celebra una serie de Death Coffees en el marco del primer festival ‘Dando Vida a la Muerte’
El pasado 4 de noviembre Grupo Albia, como parte del primer Festival ‘Dando Vida a la Muerte’, que se ha desarrollado entre los días 1 y 7 de este mes de noviembre, llevó a cabo una jornada de puertas abiertas en el Tanatorio Albia Vitoria-Gasteiz. Además, como parte del intento de acercar la muerte a la conversación habitual, se celebraron en varios centros de País Vasco una serie de Death Coffees, reuniones sociales importadas de Estados Unidos en las que los asistentes charlan sobre la pérdida con el objetivo de compartir experiencias de forma libre y sin tabúes.
El encuentro, celebrado bajo estrictas medidas higiénicas y de seguridad, se convirtió en un espacio de escucha respetuosa donde un grupo de personas pudo compartir sus opiniones particulares. Este tipo de iniciativas, explican desde el grupo funerario, ponen en valor el hecho de expresarse libremente sobre estas cuestiones, resultan terapéuticas y nos fortalecen como sociedad ante la incertidumbre y el desaliento que la muerte puede provocar a nivel psicológico, especialmente en estos momentos de pandemia en los que la sociedad responde de manera sensible.
El festival, promovido por la Fundación Doble Sonrisa, y en el marco del Día de Todos los Santos, buscó alentar a la población en general a hablar sobre la muerte y a ver este proceso como “algo normal que nos llega a todos” y del que se puede profundizar sin tabúes. “El duelo se comparte, las personas necesitamos las unas de las otras para poder compartir el dolor y transitar acompañados por todo el proceso. Pero el duelo también necesita de soledad, necesitamos de espacios para la reflexión y para el recogimiento individual”, señala Marian Carvajal Paje, responsable de Atención Emocional de Grupo Albia.
El duelo por el fallecimiento de un ser querido conlleva una reacción psicológica natural, normal y esperable, de adaptación ante la pérdida que sufren familiares y amigos y que puede manifestarse antes, durante y después de su fallecimiento. “Esa pérdida pone de manifiesto la certeza de nuestra propia muerte, en otras palabras: la muerte adquiere un realismo que hasta ahora no nos habíamos planteado y eso puede conllevar cambios de actitud. Por ello, es necesario romper con los prejuicios que existen en la sociedad sobre la muerte”, añade Carvajal.