Hacia el Mar presenta la Urna Ecolife
Los ecosistemas marinos proporcionan innumerables beneficios a nuestro planeta y Hacia el Mar ha integrado en su trabajo su valor y su protección. En esa línea, y después de un largo proyecto de investigación, han logrado desarrollar la Urna Ecolife, cuyo objetivo es introducir nuevas mejoras en el concepto de entrega de cenizas en el mar con una idea revolucionaria, asequible y de fácil manejo.
Actualmente, la entrega de cenizas en el mar se realiza con urnas biodegradables que se dispersan en minutos, haciendo que la actividad sea inocua para los océanos (siempre que se realice de forma adecuada). A través de la Urna Ecolife, se desarrolla una solución ambientalmente consciente que ha sido patentada como modelo de utilidad.
Se trata de un producto innovador para el sector funerario que hace del esparcimiento de las cenizas en el mar una actividad positiva para el medio marino generando pequeños ecosistemas donde se deposita. La Urna Ecolife aborda la creciente demanda de servicios de entrega de cenizas en el mar desde embarcaciones, proporcionando un nuevo concepto donde cada servicio aporta un pequeño efecto positivo al medio ambiente.
En un momento crucial en la historia de nuestro planeta, en el cual los océanos enfrentan amenazas como la contaminación plástica, el cambio climático y la acidificación del océano, la necesidad de acciones concretas para su restauración se vuelve más urgente que nunca.
En este sentido, la Urna Ecolife emerge como una solución con impacto ambiental positivo, cumpliendo con los estándares de biodegradabilidad y contribuyendo activamente a la revitalización de los océanos.
Se basa en la utilización de materiales naturales provenientes del entorno marino, lo que no solo garantiza su total integración en el medio al descomponerse, sino que también promueve la regeneración y el desarrollo de microecosistemas submarinos. Al integrarse en el lecho marino, se transforma en un biotopo especial, un espacio adecuado para la vida marina, contribuyendo al crecimiento y prosperidad del ecosistema oceánico que lo rodea.
La urna resultante ha sido diseñada con la suficiente resistencia para soportar las condiciones del mar llegando al sustrato bajo la columna de agua. En este punto, las características de su superficie favorecen el asentamiento de esporas de algas y la colonización de especies presentes en el área. Podría decirse que la urna genera un arrecife efímero, que favorece el funcionamiento del ecosistema existente en el área de deposición. La urna se degrada de forma natural en un periodo aproximado de 20 días. Durante su descomposición, la urna promueve la adherencia de vida marina circundante favoreciendo el desarrollo de la vida marina.
Con este proyecto, Hacia el Mar se compromete a ofrecer más que una alternativa ecológica y respetuosa con el medio ambiente para honrar a nuestros seres queridos, aspira a convertirse en un agente activo en la preservación de nuestros valiosos medios marinos.
100% natural y sin tóxicos
Durante el proceso de investigación, Hacia el Mar ha realizado diferentes análisis del material obteniendo, finalmente, un producto apto para la fabricación de la Urna Ecolife, 100% natural y exento de tóxicos.
“Nuestro objetivo es trascender la mera conmemoración y transformar cada acto de despedida en una oportunidad para contribuir activamente a la protección y restauración de los ecosistemas marinos que sustentan la vida en nuestro planeta. Cada urna se convierte en un ‘eco-homenaje’ de respeto y sostenibilidad, degradándose suavemente en el mar para contribuir a un ciclo ininterrumpido de renovación y renacimiento”, señalan desde la empresa Hacia el Mar. “Arrecife es el primer diseño de Urna Ecolife, un producto innovador que cambiará el concepto de entrega de cenizas para siempre. Antes de su total degradación, conseguirá adherir vida marina, favoreciendo el desarrollo de pequeños ecosistemas marinos y simbolizando un ciclo de vida continuo. Un paso adelante en sostenibilidad y respeto medioambiental”.
Ver artículo completo en el número 177 de Revista Funeraria.