La figura del funerario en entornos rurales
El papel del funerario se convierte en un pilar fundamental para los familiares y allegados durante el inicio del duelo, según nos explica en este artículo representantes de Nuestra Señora de Atocha. Y es que, la importancia de contar con profesionales que generen confianza y serenidad es clave en esos primeros momentos que se viven tras la pérdida.
La profesionalidad del funerario también se manifiesta en su capacidad para gestionar los aspectos importantes de manera precisa, con el fin de que todo se realice conforme a los deseos y creencias de la familia y a las propias tradiciones de la zona.
Más allá de sus responsabilidades logísticas y administrativas, los funerarios tienen una labor humana y cercana con los seres queridos del fallecido. Esto cobra mayor importancia en las zonas rurales, donde todos los habitantes se conocen desde hace muchos años. Por eso, la figura del funerario se convierte en esencial, convirtiéndose en una persona de confianza y adquiriendo una dimensión aún más significativa. En la mayoría de casos actúa también como consejero y apoyo emocional, por lo que es muy importante que sepa escuchar y ofrecer palabras de consuelo.
Al final, los empleados de una funeraria acaban siendo vistos como uno más y una pieza indispensable en la despedida. Generalmente, su presencia es percibida como un acto de solidaridad y alivia la carga emocional que conlleva la pérdida.
“Para nosotros es fundamental contar con buenos profesionales, cuyo perfil cumpla con las características anteriormente mencionadas, con el fin de que puedan adaptarse a las necesidades de las familias.” Y, por supuesto, esto es crucial en los entornos citados. “Desde Nuestra Señora de Atocha creemos que ofrecer un servicio de calidad con un equipo de expertos es nuestra manera de aportar serenidad en los momentos más duros para nuestros clientes.”
