Mémora reabre al público todas sus instalaciones
Tras la reapertura de 90 instalaciones el pasado lunes 14 de mayo, Mémora reactivó este lunes 18 de mayo su actividad en 101 instalaciones, entre tanatorios, cementerios y oficinas de atención a las familias en el resto de regiones que han sido consideradas aptas para iniciar el proceso de desescalada a fase 1 y a la nueva fase 0,5. De este modo, la compañía ya ha abierto todas sus instalaciones funerarias a nivel nacional, cumpliendo con las restricciones sanitarias del Ministerio de Sanidad.
La funeraria pone así en marcha un total de 17 equipamientos en Girona, 10 en Sevilla y 8 en Valencia, provincias que han entrado en fase 1 en su totalidad. Asimismo, también reabre 32 instalaciones en Barcelona y su área metropolitana, 14 en la Comunidad de Madrid, 9 en Soria, 5 en León, 5 en Valladolid y 1 en Burgos , que ayer entraron en la nueva fase intermedia anunciada por el Gobierno, en la cual dichas regiones flexibilizan algunas de las restricciones impuestas en la fase 0. En este sentido, todos los territorios que se encuentren en fase 1 o fase 0,5 podrán incrementar el aforo en los velatorios hasta un máximo de 10 personas y hasta 15 personas en cremaciones y comitivas de cementerios. En paralelo, se podrán celebrar ceremonias con 1/3 del aforo máximo de la instalación.
Por otra parte, subrayar que el pasado 23 de abril Mémora aconsejó al Ayuntamiento de Barcelona la necesidad de replantear los protocolos sobre las despedidas con familiares, apelando a la necesidad psicosocial de humanizar las despedidas en momentos tan convulsos para la ciudadanía.
“La despedida es un derecho fundamental de pacientes y familias, y un deber social de las instituciones. Desde el principio, Mémora ha puesto en valor la necesidad de garantizar el acompañamiento en el proceso de final de vida y evitar la muerte en soledad en un contexto de tanta vulnerabilidad para la sociedad. Estamos seguros que este nuevo escenario donde las familias podrán celebrar velatorios y ceremonias, ayudará a mejorar la gestión del duelo de muchas familias, por lo que desde la compañía seguiremos trabajando para que nuestras instalaciones sean sitios seguros para todos”, Juan Jesús Domingo, Consejero Delgado de Mémora.
Mémora, fiel a su compromiso con la seguridad y la salud de las familias y de sus profesionales, garantiza que todas sus instalaciones están acondicionadas y equipadas para volver a prestar sus servicios con las máximas garantías, adoptando medidas y protocolos para limitar potenciales contagios en sus instalaciones.
Los profesionales funerarios y los asesores personales que habitualmente prestan su servicio en estas instalaciones, mantendrán los mismos protocolos que hasta la fecha, con el fin de garantizar la máxima seguridad y limitar los riesgos de posibles contagios frente a los colectivos más vulnerables.
Otros dispositivos que se han puesto a disposición en todos los centros de Mémora son dispensadores de geles hidroalcohólicos, bolsas con equipos de protección individual (EPIs) para familias si fuera necesario, catenarias y cintas para gestionar el tráfico en las instalaciones, mamparas de separación para poder garantizar físicamente el distanciamiento social, papeleras con tapa para poder depositar guantes y mascarillas, además de señalética informativa para ayudar a las familias y proporcionarles toda la información necesaria.
Asimismo, la compañía ha equipado gran parte de sus instalaciones con cámaras termográficas y personal de seguridad, con el objetivo de poder detectar cualquier síntoma de alerta que pueda poner en riesgo al resto de personas presentes en el recinto. En paralelo, se mantendrán activas todas las medidas básicas como el distanciamiento social y el uso de guantes y mascarillas.
Previamente a la reapertura de los equipamientos, Mémora ha realizado una desinfección exhaustiva de todos los espacios, así como de todos sus vehículos. La compañía usará maquinaria específica para mantener una desinfección continua en todos sus espacios.
Mémora mantendrá en constante revisión todos sus protocolos internos para poder adatarse a la evolución de la pandemia siempre que la situación lo requiera, estando también preparados para un posible repunte que obligue a retroceder en la flexibilización de las medidas adoptadas por el Gobierno.