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Cementerios

XII Especial Cementerios. La necrópolis de Nuestra Señora del Sagrario de Toledo cumple 130 años

El 8 de septiembre de 1893 se inauguraba en la ciudad de Toledo el Cementerio de Nuestra Señora del Sagrario. La flamante necrópolis, construida sobre los cerros de San Roque, al norte de la capital, pretendía ser la solución definitiva a los problemas de insalubridad, deterioro y falta de espacio que otros antiguos camposantos toledanos habían ido acumulando con el paso del tiempo.

El Ayuntamiento encargó el proyecto a su arquitecto municipal, Juan García Ramírez, quien diseñó un complejo funerario para acoger más de 16.000 sepulturas. El recinto, tras una puerta principal de acceso, disponía de un espacioso jardín a modo de antecementerio, una amplia capilla, un depósito y varias dependencias auxiliares. Aunque ciento treinta años después de su inauguración el camposanto ha ampliado su superficie hasta alcanzar hoy los 105.812 metros cuadrados, en su parte histórica conserva sus trazas originales, conformando un conjunto arquitectónico que, como no podía ser de otra manera en un lugar como Toledo, ciudad Patrimonio de la Humanidad, está catalogado como Bien de Interés Cultural.

Notables ejemplos de arquitectura funeraria

Esta consideración patrimonial está muy presente en la visita al cementerio toledano, donde nos encontramos con notables ejemplos de arquitectura funeraria, representada en vistosos panteones levantados por las familias más pudientes de la burguesía local, intentando perpetuar en el momento de la muerte el particular estatus social que sus miembros mantuvieron en vida. Ejemplo de ello son algunas construcciones de carácter neogótico, como los de las familias Pérez-Cabareda o González y Pérez, cuya factura se debe al arquitecto Ezequiel Martín y Martín, quien también participó en la construcción del actual palacio de la Diputación Provincial, a finales del siglo XIX. Otros panteones singulares son los del propio arquitecto García-Ramírez: el del Colegio de Doncellas Nobles, datado en 1907 y, en especial, el de la familia de L. del Valle, el cual cuenta con un friso de columnas corintias y una pequeña cúpula, cuyo frontón está rematado con una figura del Dios Mercurio alado.

Cuando se inauguró el Cementerio Municipal de Nuestra Señora del Sagrario, la ciudad de Toledo tenía unos veintitrés mil habitantes. Hoy, la cifra se acerca a los noventa mil. Si entonces el camposanto se encontraba a las afueras de la capital, ahora está integrado en su casco urbano, a caballo entre el popular barrio de San Antón y los modernos ensanches de Buenavista y la Avenida de Europa. En sus cercanías, además de edificios residenciales, hay establecimientos comerciales, centros educativos o dependencias administrativas.

Un espacio que reúne sensibilidades

Tal realidad no ha supuesto ningún inconveniente para la compatibilización de estos usos ciudadanos y comunitarios, sino todo lo contrario. A ello ha contribuido la especial dedicación que desde el Ayuntamiento de Toledo se tiene por mantener el camposanto toledano en un perfecto estado, invirtiendo constantemente en su mantenimiento y mejoras, adecuando sus sucesivas ampliaciones al entorno urbano que le rodea y meditando seriamente cada una de las intervenciones que se realizan. Y es que, como siempre repite la alcaldesa Milagros Tolón, “éste es un espacio que reúne las sensibilidades de todos los toledanos”.

Obras de mejora en el cementerio

Desde 2015, año en que Milagros Tolón accedió a la alcaldía, las inversiones en Cementerio Municipal de Nuestra Señora del Sagrario han superado ya el millón y medio de euros. La mejora y adecentamiento en sus diferentes patios son constantes. Los últimos en intervenirse han sido los de San Antonio, San Andrés, San Petronio o Fray Leopoldo.

En estos momentos se está afrontando un ambicioso proyecto de recuperación de su masa arbórea. Ésta sufrió grandes pérdidas durante la borrasca Filomena, a principios del año 2021, y la ola de calor del pasado verano. La reposición afecta a sesenta y tres grandes cipreses, así como a otro buen número de arbustos que, tras haberse esperado unos meses para conocer su evolución, no se han recuperado. El presupuesto de esta acción medioambiental y paisajística asciende a 45.000 euros, cantidad a la que debe sumarse la inversión que en estas semanas se está ejecutando en zonas ajardinadas del perímetro exterior del cementerio, afrontadas dentro de los planes de inserción laboral desarrollados por el Ayuntamiento.

Pero los daños sufridos en el cementerio toledano durante el duro episodio climatológico antes citado, no se circunscribieron solamente a su patrimonio vegetal, sino que también alcanzó a las techumbres de algunas de sus dependencias auxiliares, habiéndose debido intervenir en la propia capilla, almacenes y vestuario de los 16 trabajadores municipales que conforman la plantilla laboral del camposanto. Unos trabajadores que, al igual que sus compañeros de otros servicios municipales, tuvieron un comportamiento ejemplar durante los días más duros de la terrible pandemia del coronavirus. Aquellas semanas son recordadas con dolor, emoción, tristeza y un profundo sentimiento de gratitud, tanto por la alcaldesa como por la concejala responsable de esta área, Marta Medina.

Horno crematorio desde 1997

En el año 1997, el Ayuntamiento de Toledo aprobó implantar un servicio de crematorio de cadáveres en el cementerio municipal, con el consiguiente concurso de construcción y explotación. Este procedimiento administrativo fue adjudicado a José María San Román Gómez-Menor, de Servicios Funerarios San Román, reconocida empresa del sector cuyos orígenes se remontan a 1846, habiendo cumplido ya 175 años.

Las dependencias de este nuevo servicio público fueron instaladas junto al patio de entrada al Cementerio Municipal de Nuestra Señora del Sagrario, habilitándose, además, una sala de espera y una capilla. En la parte superior dispone de columbarios para las familias que deseen conservar allí las cenizas de sus seres queridos. También hay un espacio ajardinado al aire libre denominado ‘Patio del recuerdo’, para que quienes deseen puedan depositar las cenizas en un único punto, con la posibilidad de instalar una placa conmemorativa privada.

Entre los proyectos que el equipo de gobierno del consistorio toledano está desarrollando en la actualidad, destaca la ampliación del columbario con 160 nuevas urnas, pues cada vez hay más familias que demandan estos servicios, representando ya las cremaciones un 50% frente a los enterramientos.

Tras inaugurarse el crematorio, el Ayuntamiento se planteó construir un nuevo tanatorio anexo al cementerio, siendo ejecutado según un moderno y funcional proyecto del arquitecto Antonio Sánchez-Horneros. Su gestión fue adjudicada a la empresa ‘U.T.E. Tanatorios Toledo’, de la que forma parte el grupo empresarial antes citado. Dispone de catorce salas de velatorio, cafetería, floristería, espacio polivalente para actos religiosos o despedidas civiles, así como un espectacular ventanal desde el que se vislumbra una magnífica vista panorámica de los famosos cigarrales de Toledo.

Un espacio dignificado para la memoria de todos

Los cementerios constituyen una parte esencial del patrimonio emocional de toda comunidad. En ellos, además de su función específica, se resguarda la memoria colectiva de quienes a lo largo del tiempo contribuyeron con su esfuerzo y devenir personal al progreso de nuestras ciudades. En cierto modo, son pilares esenciales en la reconstrucción de la memoria común. Por ello, es importante que, en la muerte y en los ritos que ella conlleva, no se mantengan barreras o diferencias que en tiempos pasados nos dividieron. Acorde con ello y como reflejo del firme compromiso del Gobierno Municipal de Toledo con la recuperación de la memoria democrática, desde hace más de quince años se están haciendo esfuerzos para superar la ignominia de las fosas comunes que dejó tras de sí la Guerra Civil española. En distintos patios del cementerio toledano hay contabilizados cerca de un millar de enterramientos en diferentes fosas comunes. El caso más llamativo es el llamado Patio 42, antiguo patio de Caridad, donde se encuentran sepultadas 727 personas.

En el año 2009, y ante unas desafortunadas obras de ampliación realizadas anteriormente que derivaron en que algunos restos apareciesen desenterrados y desperdigados por el lugar, el nuevo gobierno municipal inició la dignificación de este espacio, instalando en el lugar un monumento en memoria de cuantas personas represaliadas por el franquismo allí reposan. El equipo liderado por la alcaldesa Milagros Tolón ha continuado esa misma labor, dignificando otro de estos patios del Cementerio Municipal de Nuestra Señora del Sagrario, el 31, donde el número de enterrados supera los doscientos. Asimismo, aún quedan por intervenir varios patios más, con un número de restos menor.

Proyecto de investigación

De forma paralela a estos trabajos, el Ayuntamiento de Toledo y la Asociación Manuel Azaña están desarrollando un ambicioso proyecto de investigación. El objetivo es documentar el alcance de la represión en la ciudad, realizando un extenso memorándum que permita a cuantas familias lo deseen, conocer fehacientemente las circunstancias de la muerte de sus antecesores y el lugar donde reposan sus restos.

En 2023, el Cementerio de Toledo cumplirá 130 años. En una ciudad como ésta, donde la historia de sus principales monumentos se mide por siglos y nos recuerdan a todas las civilizaciones pasadas por estas tierras, la cifra de ciento treinta años puede parecer pequeña. Sin embargo, si algo saben muy bien los toledanos y toledanas, es que su futuro se construye con los pasos diarios del presente, apoyando los mismos en las huellas dejadas por quienes nos precedieron. Por ello, el Ayuntamiento toledano tiene claro que no hay que quedarse parado y así, entre los planes de futuro para su centenaria necrópolis, destacan proyectos como el arreglo del patio Geranios y la recuperación de fosas ya en desuso para su concesión.

Consulta el artículo completo ‘La necrópolis de Nuestra Señora del Sagrario de Toledo cumple 130 años’ en el XII Especial Cementerios, editado por Revista Funeraria. 

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