En los últimos 20 años, Áltima se ha desarrollado y crecido en un entorno cada vez más dinámico y complejo, consolidándose como una empresa referente del sector funerario en nuestro país. Hace seis meses, el grupo decidía redefinir su configuración organizativa con el propósito de continuar encarando los retos que depara un contexto en constante evolución, garantizando a su vez el servicio esencial y de calidad que presta a las familias, el cual va adaptando a las necesidades de la sociedad. A continuación, entrevistamos a Jaume Echaurren, quien ha sido nombrado director general de Áltima en esta nueva etapa de la compañía.
Recientemente, Grupo Áltima ha redefinido su modelo organizativo. ¿Cuáles son los principales objetivos de este proceso de cambio?
Estamos convencidos de que este cambio aportará una mayor agilidad en la toma de decisiones tácticas de la empresa y en la implementación de nuevos proyectos, además de una mayor eficiencia operativa. Significa un paso adelante en nuestro permanente compromiso por la excelencia en el servicio.
En el marco de la nueva configuración organizativa, usted ha sido nombrado director general en la compañía, a la cual lleva vinculado muchos años, ¿cuáles eran sus funciones anteriores dentro de la empresa y qué le supone liderar esta nueva etapa del grupo?
Efectivamente, me incorporé a la empresa hace 17 años, coincidiendo con la entrada en funcionamiento de nuestro primer tanatorio en Barcelona, Ronda de Dalt. Mis primeras funciones fueron como adjunto a la dirección de Compras y Mantenimiento y, pocos años después, asumí el cargo de director de este departamento.
Posteriormente, en 2011, después de cursar el máster de Operaciones en ESADE, asumo la nueva función de dirección de Operaciones Funerarias, compaginándolo con la de dirección de Compras. Finalmente, en 2017 incorporo la función de jefe de zona, puesto similar al de una subdirección general, añadiendo el control de gestión de los centros de las áreas periféricas del grupo a mis tareas de director de Operaciones y Compras.
A lo largo de este recorrido en Áltima, he impulsado varios proyectos de innovación en la gestión, que han permitido la homogeneización de nuestros procesos operativos, así como aumentar la eficiencia y competitividad de nuestra compañía. En los últimos años, he trabajado estrechamente con la dirección general en el análisis de la organización futura, que ahora estamos implementando.
Esta nueva etapa en Áltima representa para mí un gran reto que afronto con ganas, ilusión, prudencia y, sobre todo, agradecido por dirigir esta compañía con una calidad humana enorme, en unos momentos en los que tenemos previsto desarrollar importantes proyectos.
La sostenibilidad es el ámbito en el que Áltima basa la totalidad de su estrategia de desarrollo empresarial. ¿Cómo hace frente la compañía al gran reto de reducir el impacto ambiental de su actividad?
Todo aquello que proyectamos en Áltima pasa por el filtro de la sostenibilidad, entendida en su máxima amplitud, no solo en el aspecto medioambiental, sino también en cómo gobernamos nuestra compañía o qué aportamos a nuestra sociedad en el ejercicio de nuestra misión de acompañamiento a las personas en momentos de dolor. Y en ello estamos trabajando.
En relación con las medidas específicas que Áltima está adoptando para reducir su impacto medioambiental, en un primer lugar está la voluntad de entender que cada nuevo servicio o proyecto que lanzamos cumpla con el requisito de menor impacto ambiental. En segundo lugar, medimos dicho impacto, ya que necesitamos conocer este dato para poder reducirlo o eliminarlo. Finalmente, nos centramos en diseñar e implementar proyectos que permitan reducir nuestra huella de carbono a partir de la información recabada por nuestras mediciones.
De ahí, surgen iniciativas como Planta Viva, consistente en la elaboración de composiciones florales a partir de plantas vivas de proximidad; la total electrificación de nuestra flota de vehículos para 2024; la instalación de filtros de última generación en nuestros hornos crematorios; la incorporación de placas fotovoltaicas para favorecer el autoconsumo en algunos de nuestros centros; el fomento del uso de féretros ecológicos y urnas biodegradables; o el impulso de un proyecto de apicultura sostenible para fomentar la polinización en el Cementerio Comarcal de Roques Blanques, entre otras acciones.
Unas medidas dirigidas a todos los ámbitos en los que prestamos servicio y desde todos los centros que gestionamos (tanatorios, crematorios y cementerios), siendo una de las primeras empresas del sector en asumir este compromiso a nivel global.
En este sentido, nuestro compromiso cuenta con el aval de las certificaciones de gestión de calidad ISO 9001 y de gestión ambiental ISO 14001 en todos nuestros centros, además de contar con el registro europeo ambiental EMAS en el cementerio de Roques Blanques, que fue el primero de España y el tercero de Europa en obtenerlo.
La empresa mide desde hace siete años su huella de carbono. ¿Con qué fin realiza esta función?
Fuimos la primera empresa funeraria del país en medir nuestra huella de carbono. Este cálculo, que realizamos en colaboración con la empresa Inèdit, Sostenipra y la Universitat Autònoma de Barcelona, nos permite medir la cantidad de emisiones de dióxido de carbono producidas a consecuencia de nuestra actividad, examinando todos nuestros centros, tanatorios, cementerios y crematorios, así como los procesos directos e indirectos, desplazamientos del personal, el material de los féretros y las urnas o los productos químicos empleados en la tanatopraxia. Somos plenamente conscientes de la importancia de actuar, también desde nuestro sector, ante el contexto de emergencia climática, de una forma eficiente y diseñando estrategias reales que generen un impacto positivo en la salud de las personas y su entorno más cercano.
Áltima también ha puesto en marcha un plan para fomentar el autoconsumo energético. ¿Han obtenido los resultados deseados?
Hemos llevado a cabo una prueba piloto en el Tanatorio de Vilafranca del Penedès, donde el pasado año instalamos los primeros paneles solares de la compañía para contribuir al ahorro energético del centro y promover el uso de energías limpias y renovables. De momento, en lo que llevamos de año, estamos muy satisfechos con los resultados obtenidos, ya que hemos conseguido un 56% de ahorro de consumo energético, equivalente a 17,4 toneladas de CO2. Próximamente, nuestro objetivo es incentivar el autoconsumo energético en otros tres tanatorios barceloneses: Ronda de Dalt, Sitges y Castelldefels-Gavà; y en el de Figueres, en la provincia de Girona. La previsión es instalar este sistema en más centros donde dispongamos del espacio adecuado.
Por otro lado, Áltima ofrece a la ciudadanía diversas opciones para que los entierros sean totalmente respetuosos con el entorno, ¿cuáles son algunas de ellas?
Fruto del cálculo de nuestra huella de carbono, identificamos que uno de los aspectos con mayor impacto ambiental de nuestra actividad eran las composiciones florales, la mayoría de las cuales están elaboradas con rosas, arthuriums, claveles y otras flores procedentes de Sudamérica o de Sudáfrica. Además, al tratarse de flor cortada, implicaba un volumen de merma elevado. Para reducir este impacto, surgió Planta Viva, una iniciativa que empezamos a llevar a cabo a través de la empresa Limbo (y su solución Green Memory). Se trata de una composición floral a partir de plantas vivas de cultivo local, producidas en el territorio español o, máxime, europeo, que además permite conservar un recuerdo del ser querido, ya que la planta se ofrece en macetas personalizadas a las familias.
Otra solución que hemos emprendido con mucha determinación, y que perseguimos desde hace años, es la electrificación completa de nuestra flota de vehículos de servicio local y autonómico. Junto con la empresa de carrocería Bergadana, hemos apostado por el proyecto Lumen, basado en el Nissan Leaf, y el proyecto eATYS, basado en la Mercedes Vito eTourer, que también usamos como base para nuestras ambulancias de recogida.
Asimismo, para dar respuesta a la tendencia creciente de la incineración, desde hace años desarrollamos diversas soluciones innovadoras y a la vez respetuosas con el medio ambiente. Ejemplo de ello son las alternativas para el destino sostenible de las cenizas como el Bosque de la calma, los Árboles familiares o el Camino del bosque, que permiten depositar la urna, siempre biodegradable, en un entorno adecuado para este fin, como son los cementerios, en plena naturaleza y de forma controlada. En el caso de preferir un entierro tradicional, también proponemos opciones respetuosas, como los Panteones del bosque, rodeados de pradera, o los Nichos verdes, planteados como jardines verticales. En la mayoría de las incineraciones, ya empleamos únicamente féretros ecológicos, libres de barnices, tejidos sintéticos, cristales o elementos metálicos. También, más del 40% de las urnas en los servicios realizados ya son biodegradables, elaboradas con arcillas, sal o madera natural.
Todas ellas son alternativas muy bien acogidas por parte de las familias, y nos damos cuenta de que cada vez son más las que prefieren una despedida que sea respetuosa con el medio ambiente.
Además, estamos también comprometidos con proyectos que protegen el entorno en el que nos encontramos, como el reciente Apiario didáctico de Roques Blanques, la instalación de varias cajas-refugio y de una estación de escucha para la protección y el estudio de los murciélagos o la construcción de una balsa para la protección de los anfibios autóctonos, todos ellos en nuestro cementerio de Roques Blanques.
Y en el caso de las incineraciones, la empresa ha implementado diversos espacios verdes y soluciones sostenibles para el destino final de las cenizas. ¿Considera que estas propuestas son de alguna manera el futuro concepto de cementerio dado que la incineración ha ganado peso frente al entierro tradicional?
La incineración crece año tras año y, actualmente es la opción más demandada en nuestro país. Creemos que seguirá creciendo en los próximos años, aunque tampoco descartamos un cambio de tendencia ante la inestabilidad del mercado actual de la energía.
Sin duda, hay que seguir dando respuesta a esta tendencia, mayoritaria en muchas ciudades, aunque sin olvidar otro porcentaje importante de población que continúa prefiriendo la inhumación.
Los cementerios tienen que adaptarse a este cambio creando nuevas sepulturas, como son los columbarios o los espacios para esparcir cenizas de forma controlada y sostenible, pero sin dejar de lado las sepulturas tradicionales como panteones, tumbas o nichos, en las que, además, también es posible inhumar las cenizas.
En el último año se está renovando la totalidad de la flota de vehículos de la compañía. ¿Cuándo está previsto que ésta llegue a ser 100% eléctrica?
Nuestra intención es que la flota de vehículos de Áltima sea completamente eléctrica en 2024. Actualmente, ya contamos con cerca de 30 unidades de coches de este tipo y, en algunas comarcas donde prestamos servicio, como el Barcelonès y el Baix Llobregat, en la provincia de Barcelona, ya funcionamos casi exclusivamente con eléctricos. El propósito es contar con un total de 70 vehículos eléctricos entre fúnebres, ambulancias y comerciales, así como con 70 puntos de recarga repartidos por los centros de la compañía en Cataluña y Baleares.
El Cementerio Roques Blanques cuenta con una nominación en el Concurso de Cementerios a ‘mejor iniciativa medioambiental’, por su labor a favor de la protección de las abejas que habitan en los alrededores del recinto. ¿En qué consiste esta iniciativa?
Roques Blanques se encuentra en un emplazamiento único, integrado en el Parque Natural de la Sierra de Collserola, en la provincia de Barcelona. Al hallarse dentro de un entorno protegido, disponemos de varios espacios que no pueden ser destinados al uso propiamente de cementerio. Por ello, hace varios años pensamos que estos lugares podían ser utilizados para proyectos sostenibles que ayudaran a la protección de la biodiversidad y a fomentar la sensibilización y concienciación de la sociedad por la preservación del entorno. Así, en colaboración con entidades como el Consorcio del Parque Natural de la Sierra de Collserola o el Museo de Ciencias Naturales de Granollers, hemos llevado a cabo proyectos para la protección y el estudio de varias especies autóctonas amenazadas, como la ardilla, los anfibios, los murciélagos o las mariposas.
En este sentido, el Apiario didáctico es el proyecto más reciente que hemos llevado a cabo en Roques Blanques. Acoge 100 colmenas repartidas en cuatro espacios específicos y delimitados, en los límites del cementerio y alejados de las sepulturas. Tiene el propósito de fomentar la polinización de las abejas, muy amenazadas por la actividad humana, la contaminación, el cambio climático o el uso de pesticidas. Además, el apiario también fomenta la concienciación sobre el importante papel de estos insectos a través de visitas guiadas y promueve la inserción laboral de colectivos con riesgo de vulnerabilidad, mediante la elaboración artesanal de velas a partir de la cera obtenida del colmenar, y que posteriormente se entregan a las familias.
Apiario didáctico en Roques Blanques.
Además de su compromiso medioambiental, la compañía tiene muy presente su responsabilidad social y para ello mantiene un fuerte vínculo con la comunidad formando parte de diversas propuestas sociales y promoviendo valores como la igualdad, equidad y solidaridad, entre otros. ¿Qué le gustaría destacar al respecto?
En el marco de nuestro plan estratégico de sostenibilidad corporativa, entendemos la sostenibilidad en su sentido más amplio: medio ambiente, responsabilidad social y el propio gobierno de la compañía. Por lo que desarrollamos iniciativas en cada uno de estos ámbitos, priorizando la colaboración con nuestro entorno geográfico más cercano.
En lo relativo a la responsabilidad social, apoyamos diversas entidades locales sin ánimo de lucro, instituciones y fundaciones, para impulsar proyectos de valor y que fomenten el retorno social. En esta línea, desde 2013, patrocinamos la investigación en cuidados paliativos a través de la Cátedra WeCare, de la Universidad Internacional de Catalunya (UIC Barcelona). Además, colaboramos con diversos grupos de ayuda al duelo locales, así como con entidades que trabajan por la integración laboral de personas con discapacidad, promoviendo la producción o adquisición de sus productos y servicios.
En referencia al gobierno de nuestra compañía, cabe destacar el fomento de una política de contratación de personas basada en los criterios de igualdad, inclusión y proximidad. En referencia a este aspecto, hemos incentivado un plan de igualdad para fomentar la incorporación de las mujeres en un sector que ha sido tradicionalmente masculino. Hoy en día, la plantilla femenina de Áltima ya es del 42%. Asimismo, estamos implantando herramientas de test para medir la calidad del ambiente laboral y poder detectar aspectos de mejora. Somos conscientes de que podemos seguir mejorando, pulir nuestras deficiencias y aportar valor diferencial que ayude a la sociedad en la que vivimos.
Sin olvidar, en este ámbito, el impulso de una cadena de aprovisionamiento responsable, donde priorizamos los aspectos sociales y medioambientales en la selección y homologación de proveedores.
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