El Tanatorio del Litoral se inaugurará en octubre
Las obras del primer tanatorio de Sant Adrià de Besòs (Barcelona) avanzan a un buen ritmo y se prevé que finalicen después del verano. El nuevo equipamiento empezará a funcionar sobre el mes de octubre de este mismo año.
“Una instalación de estas características en Sant Adrià de Besòs permite a los vecinos de la ciudad disponer de un servicio que nunca han tenido en su municipio, puesto que el centro prestará un servicio integral a las familias usuarias con el objetivo de facilitar todo el necesario en un proceso de defunción”, explica Ana Gassió, gerente del Tanatorio del Litoral.
Desde el nuevo tanatorio se ofrecerán servicios integrales a todas las familias, desde el momento de la defunción y la recogida del difunto en cualquier punto de Cataluña, pasando por el velatorio o la ceremonia y hasta el destino final, al crematorio o al cementerio que la familia elija, las 24 horas de los 365 días del año. La compañía garantiza también un servicio totalmente personalizado, puesto que se adapta a las necesidades de los usuarios tanto a nivel de presupuesto como de productos o tipología de servicios.
A estas alturas las obras ya han superado la fase de cimentación, saneamiento y estructura. “Las obras están siguiendo el curso previsto. El proceso de levantar la estructura del edificio ha sido relativamente rápido puesto que su sistema constructivo se planteó con estructuras prefabricadas siguiendo un principio de desarrollo sostenible y respetuosas con el medio ambiente”, afirma Gassió.
El Tanatorio del Litoral está situado sobre un solar de más de 10.000 m², de los cuales se edificarán 2.000, todos en planta baja para garantizar la máxima comodidad a los usuarios, y casi los 8.000 m² restantes están contemplados como un espacio abierto, ajardinado, integrado en el entorno, que proporciona una zona verde más en la ciudad. Se trata de un centro de grandes dimensiones, con espacios amplios exteriores y luminosos, con el fin de facilitar el acceso y la movilidad de todos los usuarios.
La particularidad de este nuevo centro es que cada una de las cinco salas de velatorio tendrá un acceso totalmente independiente a los jardines exteriores privados que estarán en frente del río Besós y que garantizará la máxima intimidad y tranquilidad a las familias. Cada sala tendrá unas dimensiones de casi 80 m² y contará con vestíbulo propio, sala para la familia con guardarropía y baño, y una dependencia destinada al túmulo. El edificio dispondrá también de un oratorio de 250 m², con capacidad para 182 personas sentadas y preparado para acoger tanto ceremonias laicas como religiosas.
Asímismo, el centro tendrá una zona de recepción amplia, desde donde se accederá a las oficinas de tramitación y atención personalizada a las familias, a la exposición de flores y a la zona de vending. El acceso al centro y a las cinco salas de velatorio se hará a través de un único acceso, que conectará con un aparcamiento exterior ajardinado y arbolado con un centenar de plazas de estacionamiento gratuitas.
El proyecto contempla también un crematorio para ofrecer un servicio integral a las familias usuarias, así como una zona de uso privado para el personal interno del centro, donde habrá una sala de tanatopraxia y otras instalaciones técnicas. Esta instalación funeraria se proyecta y se gestionará siguiendo unos estrictos parámetros ambientales basados en el principio de desarrollo sostenible y cien por cien respetuosos con el medio ambiente, con elementos de construcción que tienen en cuenta el ahorro energético, la gestión de residuos e, incluso, un tipo de ajardinamiento de bajas necesidades hídricas. A nivel de fabricación, se prioriza el uso de materiales reciclados y se están empleando soluciones constructivas con estructuras prefabricadas para así utilizar menos energía en la fabricación y menos generación de residuos de construcción. El proyecto incluye ventilación natural cruzada en las salas de velatorio y elementos de alta inercia térmica para controlar la temperatura interior de forma natural con la utilización del hormigón o el vidrio compuesto.
Además, la materialización del proyecto funerario supone un dinamizador más dentro del motor económico de la ciudad. Se estima que, tanto en las fases de construcción como en las de funcionamiento, se genere cerca de un centenar de puestos de trabajo de forma directa o indirecta, en una población donde la tasa de paro está por encima del 20% según los últimos datos registrados. El impacto económico en la fase de construcción se calcula que será de 4,5 millones de euros y, en la fase de funcionamiento, de 400 mil euros anuales.