R. Chao, orgullosa de formar parte del sector funerario
Muchas son las noticias que hemos leído en favor del apoyo a Ucrania, un país que se encuentra en plena invasión y que lo está pasando realmente mal.
Las donaciones del gobierno, los convoyes humanitarios que se han establecido para acoger a las víctimas de la migración forzada y las diferentes instituciones no gubernamentales que están dando soporte a las víctimas por distintos medios, han sido de dominio público.
En este momento, la compañía R. Chao ha querido romper una lanza a favor del sector funerario por toda la ayuda silenciosa que realiza en la medida de lo posible, donando materiales para mitigar la falta de recursos que sufre actualmente el país.
Su labor no aparece en los noticiarios ni en ninguna de las columnas de los diarios, tampoco lo pretenden, pero según la firma, les consta que el sector está a la altura de las circunstancias con su evidente solidaridad con el pueblo ucraniano
¿Sabías que…?
Ramón Chao es una de las empresas más destacadas del sector en nuestro país, especializada en la fabricación y distribución de una amplia gama de artículos funerarios como féretros; ornamentación plástica, metálica y en resinas de poliéster; capillas clásicas y vanguardistas; recordatorios; crucifijos para ataúdes; confección funeraria; libros de firmas; urnas y equipamiento para tanatorios y tanatopraxia.
Casi cuatro décadas después, la tercera generación está a cargo de la empresa y sigue más fuerte que nunca, manteniendo su posición en el mercado y ampliando e innovando su cartera de productos y servicios.
Este mes de mayo R. Chao mostrará sus últimas novedades funerarias en la 11ª edición de Funergal, la Feria Internacional de Productos y Servicios Funerarios que tendrá lugar en Ourense los días 19 y 20.
Ya en la última edición celebrada en 2018 el stand de Ramón Chao se convirtió en el escaparate perfecto en el cual descubrir las tendencias actuales del sector funerario en cualquiera de los ámbitos en los que trabaja la firma.
Consulta el artículo completo publicado en Revista Funeraria nº 166.
