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In Memoriam. El respeto a los difuntos. Por Vicente Luis Díaz Pedraza

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El martes día 24 de marzo un avión de la compañía alemana Germanwings que realizaba el trayecto entre Barcelona y Düsseldorf con 150 personas a bordo se estrellaba en los Alpes franceses. Esta noticia nos golpeaba hace apenas 48 horas. El miércoles día 25 sobre las 11 de la mañana ya se empezaban a identificar los primeros cuerpos. Según informaba la gendarmería francesa, se comenzó el reconocimiento de los fallecidos que van siendo sacados de la zona del siniestro, antes de transportarlos a la capilla ardiente situada en Seyne-Les Alpes.

Cuando mueren tantas personas juntas resulta capital la mayor celeridad en su identificación para tratar de aliviar la situación de incertidumbre de las familias que conlleva un dolor casi insoportable. Para facilitar los trámites a las familias de los fallecidos la maquinaria judicial debe funcionar rápida y eficazmente. La necesidad de información toma tintes dramáticos para unos familiares y amigos que necesitan a la vez apoyo psicológico. Paralelamente al despliegue judicial se tiene que establecer un centro de información y un servicio de asistencia psicológica. Una vez más los servicios funerarios de distintas nacionalidades volverán a demostrar su profesionalidad ante la catástrofe y quiero desde aquí tener un reconocimiento a su labor.

Honrar a los muertos y respetar su memoria, es una seña de identidad común en todas las civilizaciones y quizás la tradición humana más ancestral. El Derecho, consecuencia de los usos y costumbres existentes en cada sociedad, salvaguarda el respeto a los difuntos. En nuestro país, aunque el artículo 32 del Código Civil, recoge que la muerte extingue la personalidad civil, y por tanto, los derechos de la personalidad; el ordenamiento jurídico ampara la memoria de los difuntos “memoria defuncti”.

El Derecho la considera una prolongación de la personalidad extinta que está compuesta por las vivencias, recuerdos, sentimientos y afectos que conservan existencia autónoma entre los vivos. En este sentido, se convierte en un bien jurídico protegido derivado de la personalidad civil. La protección de los difuntos y su especial tratamiento en los medios de comunicación, cobra una especial relevancia ante la opinión pública, cuando las causas que han producido la muerte no son naturales. Los fallecidos son entonces protagonistas de un acontecimiento que da un vuelco a la sociedad y que pone de manifiesto la importancia social del respeto que suscita la memoria de los que ya no están.

Una vez más los profesionales funerarios demostrarán en su actividad profesionalidad, dignidad y respeto y su importante función social ayudará a dar los primeros pasos del duelo. Sin duda estos valores son los que más demandan los ciudadanos en momentos como éste, cuando la memoria del difunto pasa de ser privada a ser pública. Esto requiere un uso muy respetuoso de la información para no herir sensibilidades que están a flor de piel en la sociedad. Su memoria, en estos casos, está más viva que nunca. Descansen en paz.

Vicente Luis Díaz Pedraza

Economista especializado en Marketing y colaborador en Revista Funeraria


Diversos medios se han hecho eco de las labores de rescate realizadas tras el fatídico accidente. En el siguiente enlace podrán encontrar información publicada en la página web de RTVE referente al rescate de los restos mortales.



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