Las redes sociales amplían los círculos en los que se desarrolla el duelo
La forma de vivir el duelo ante la muerte de un ser querido y las conversaciones en torno a la muerte en el ámbito público han cambiado con la irrupción de las redes sociales. Dos sociólogas de la Universidad de Washington han hecho un estudio sobre cómo los usuarios interactúan con los perfiles en redes sociales de personas fallecidas, según publica el artículo ‘Cómo las redes sociales han cambiado las conversaciones sobre la muerte’ de El País, y que reproducimos a continuación.
Las investigadoras han llegado a la conclusión de que los medios sociales, y en especial Twitter, han ampliado los círculos en que se desarrolla el duelo y han creado un espacio público que antes no existía en el que se produce un debate entre personas que no tienen porqué conocer al difunto. Este nuevo espacio se situaría a medio camino entre la esfera privada y la pública. En su análisis, Facebook representaría la esfera privada y Twitter ese nuevo tercer espacio.
Nina Cesare y Jennifer Branstad han analizado 39 perfiles de Twitter de personas fallecidas y las han comparado con otros de Facebook para estudiar las conversaciones de la gente sobre la muerte y su comportamiento. Las investigadoras han descubierto que en Twitter se emplean los perfiles de los fallecidos de una forma muy distinta que en Facebook, o en cualquier otra red social. “Twitter se utilizó más para discutir, debatir e incluso condenar o canonizar al fallecido. Los de Facebook, en cambio, usaron los perfiles de los fallecidos más para mostrar su dolor de un modo más cercano, con mensajes mucho más profundos”, explica Cesare.
De esta manera, Facebook se entiende más como una prolongación del ámbito privado, en el que uno expresa lo que siente y cómo lo siente y se lo dice a los suyos. La novedad, por tanto, viene de la mano de Twitter. Las investigadoras encontraron en su análisis cuatro tipos de mensajes en los perfiles de Twitter. La primera categoría eran mensajes directos al fallecido, en los que se comparten recuerdos o anécdotas, con el objetivo de mantener lazos con él. El segundo tipo eran mensajes íntimos como el reconocimiento de la ausencia o simples condolencias. El tercer tipo eran reflexiones sobre la vida y la muerte. Y una cuarta categoría incluía críticas al fallecido o a su estilo de vida.
Este comportamiento responde a la propia naturaleza de Twitter, según explican las investigadoras. “En Twitter, uno puede tuitear sin tener seguidores, los perfiles son cortos y públicos. Los mensajes de 140 caracteres hacen que los estos reflejen más pensamientos concisos que reflexiones profundas”, cuenta Branstad. Estas características condicionan la forma en que usamos Twitter. Esta red social refleja una atmósfera mucho menos personal que Facebook, e invita a que se aborde la muerte de una forma mucho más amplia. “Y al ser más impersonal, la gente se anima más a participar cuando alguien ha muerto, incluso aunque no conozcan a la persona”, dice la socióloga.
Estas interacciones en Facebook son diferentes. Normalmente los usuarios se conocen entre sí en la vida real, publican fotos personales y pueden elegir quién ve sus perfiles. “Un mensaje en el muro de Facebook de alguien que ha muerto es como estar en la casa de esa persona y hablar con la familia. Se comparte el dolor en un círculo interno”, cuenta Branstad. En Twitter, en cambio, encontramos a la gente que no estaría en esa casa, los que están fuera de ese círculo, pero que pueden comentar y hablar de esa persona, e incluso especular sobre la causa de su muerte. “Ese espacio no existía antes, al menos, no en público”, Branstad.
En todas las culturas siempre ha habido tradiciones alrededor de la muerte, pero en el siglo XX y en el mundo occidental, los ritos se vieron relegados al interior de las casas y las funerarias. “El duelo era algo que se sufría en la intimidad. Las redes sociales en general han venido a revertir esto y han traído de nuevo la muerte al ámbito público”, explica Cesare. Y Twitter en particular ha ampliado el concepto en cuanto a quién puede intervenir en la conversación cuando alguien ha muerto, según el estudio de las sociólogas.
“Hace 20 años, la muerte era mucho más privada. La capacidad de Twitter para abrir la comunidad al luto y sacarlo de la esfera íntima es una gran contribución. Y la creación de este espacio donde la gente pueda reunirse y hablar sobre la muerte es algo nuevo”, concluye Cesare. Este estudio se ha publicado con motivo de la conferencia anual de la Asociación Americana de Sociología de 2016.